El Conicet advirtió hoy por la situación de «riesgo extremo» del yaguareté en las provincias de Chaco y Formosa y reclamó a todos los sectores involucrados en la conservación de la especie en esas provincias «un mayor grado de compromiso» con estos felinos que están en peligro de extinción.
El organismo aseguró que en el bosque chaco-formoseño no quedan más de 20 ejemplares y contrastó la situación con la recuperación que evidencia esa especie en la selva misionera.
El yaguareté es un animal autóctono argentino que habita la selva misionera, el bosque chaco-formoseño y las yungas salteñas y está considerado en peligro de extinción a raíz de la caza indiscriminada en busca de su piel o por la acción de los productores ganaderos que protegen sus animales.
A mediados de este año, apareció un yaguareté muerto en la provincia del Chaco, lo que renovó el alerta por la situación de esta especie, cuya población se estima no llega a más de 20 en la zona.
El investigador adjunto del organismo en el Instituto de Biología Subtropical Agustín Paviolo, aseguró que en en la Argentina «sólo existen tres regiones en las que se encuentran yaguaretés viviendo en condiciones naturales: las yungas salteñas, la selva misionera y el bosque chaqueño»
Los datos que se obtuvieron tras relevamientos científicos en el área de la provincia de Misiones y zonas aledañas de Brasil mostraron que entre 2005 y 2016 se triplicó la población de yaguaretés y que hay alrededor de 90 ejemplares en su hábitat. En tanto, en la región chaqueña –que abarca a las provincias de Chaco y Formosa-, la situación en más grave, ya que se estima que no quedan más de 20.
Conservar y hacer crecer las poblaciones de yaguaretés no es una tarea sencilla, tanto en Argentina como en otros países de Sudamérica, ya que gran parte del hábitat de este felino se perdió por el crecimiento de las ciudades y las prácticas productivas a gran escala.