Es una tarde de verano en Villa Ventana y el aleteo de cinco colibríes es el único sonido. Desde la cabaña Quetralhue se ven las cimas de las sierras y gigantes pinos. Aquí la calma vence al despiadado bullicio de las ciudades y la naturaleza encuentra un refugio que invita al sosiego. Aquí viven apenas 200 familias distribuidas en 70 manzanas; aquí hay casas de troncos, de ladrillos y de piedras, con amplios jardines floridos. Hay cardos con flores violeta, pinos, lavandas y ligustrinas de romero. El perfume a leña hace pensar que esta podría ser una Patagonia bonaerense.
«Aquí la vida es muy tranquila y hermosa, a pesar de que el invierno es duro y se llega a los 15 grados bajo cero», cuenta Alicia mientras barre hojas y cerezas maduras en el jardín de sus cabañas.
Villa Ventana está a 17 kilómetros de Sierra de la Ventana, sobre la Ruta Provincial 76, ubicada entre los arroyos Belisario y Las Piedras.
Sobre un costado de la villa corre el arroyo Las Piedras, que cuando tiene agua es muy concurrido. A la vera hay algunas vacas que pastan sobre un terreno privado. En el lateral opuesto del poblado serpentea el arroyo Belisario, transformado en pileta pública cuando el dique contiene el agua.
No hay transporte público, sólo una combi hace posible el traslado a los pueblos vecinos (oscila entre los 30 y 40 pesos el pasaje hasta Sierra de la Ventan) . De lunes a viernes hay 3 recorridos, los domingos y feriados apenas dos. Así llegó POR EL PAÍS al Parque Provincial Ernesto Tornquist, luego de recorrer los cinco kilómetros que lo separan de Villa Ventana.
Desde la primera base se accede al Cerro Bahía Blanca, y desde la otra, a cuatro kilómetros, al Cerro Ventana. El cordón de sierras deja ver en medio el hueco que le dio nombre a todo lo que pisamos: la ventana. Para verla de cerca, hay que subir seis horas por un camino empinado que suele estar cerrado por el calor, la lluvia o el frío. Considerado por los Guardaparques como una actividad de «máximo esfuerzo físico», muchas personas elijen verlo desde un cómodo mirador sobre la ruta 76.
Un hotel con misterios e historia
El catalán Oriol -aquí todos le llaman con el cariñoso “Uri”- es uno de los guías habilitados para conducir a los turistas por el camino que bordea el arroyo Belisario y por la historia del Hotel Club Villa Ventana, un lugar que recibió su último huésped hace 100 años y que parece mostrar en espejo la historia de esplendor, decadencia y saqueo. Hoy sólo quedan las ruinas de lo que fue el hotel más lujoso de Latinoamérica pero que solo vivió seis años de esplendor.
Para los turistas hay muchas actividades, como visitar el Museo Sendero de los Recuerdos -un museo privado que mantiene registros históricos de la vida en la Comarca de Sierra de la Ventana-; cabalgatas; el paseo de los artesanos; caminatas en las sierras; entre otras.
Cuando la luna asoma entre las picos de las sierras hasta el aire parece silencioso. Sólo algunos árboles mecen sus copas; el resto es silencio, el capital más preciado de Villa Ventana.
¿Dónde hospedarse?
Cabañas Quetralhue Teléfono: (0291) 491-0091 Celular: (0291) 15-473-2460 / email: aliciagalvan61@hotmail.com