Los habitantes de Ushuaia eligieron el viernes pasado a sus “embajadores de la ciudad”: Gonzalo Montiel es un payaso que recorre los hospitales regalando vida con sonrisas. Martina Rocca tiene 11 años y junta cabello para hacer pelucas que usarán enfermos de cáncer. Dos historias que enorgullecen.
En 2016 Ushuaia reemplazó la consagración de una reina de la belleza por la elección de un hombre y una mujer que lleven adelante tareas solidarias o sociales.
Los dos ganadores de este año fueron Gonzalo Montiel, referente de “Sonrisas Congeladas”, un grupo de payasos que acompañan y estimulan a personas internadas en hospitales públicos y privados de la zona; y Martina Rocca, de 11 años, y su mamá Daniela Ocampo, responsables del proyecto de “Pelucas solidarias”.
Gonzalo Montiel: «La vida aparece si uno la incentiva»
“Empezamos a trabajar en 2013 después de un taller brindado por la fundación Patch Adams, dentro de un proyecto que se llamó ‘Hagamos reír al mundo’. Desde entonces recorremos el hospital y la clínica privada de la ciudad, no solo acompañando a los pacientes sino haciendo prevención y promoción de la salud”, contó Gonzalo Montiel.
Gonzalo explica que los payasos hospitalarios se capacitan durante seis meses en técnicas de clown, emociones y trato con las personas enfermas; después participan de simulacros y recién ahí están en condiciones de sumarse al grupo.
El grupo es multidisciplinario: hay amas de casa, estudiantes de abogacía y enfermeros que se dedican a la tarea en tiempo libre y sin cobrar un peso. “Los médicos comenzaron a entender nuestro trabajo y ahora nos permiten intervenir en conjunto. El payaso es el niño interior. Cuando uno se vuelve adulto, también se hace serio y deja de ser libre. Hay que volver a traer eso a la vida, más aún en momentos de dolor”, sostuvo Montiel.
Gonzalo afirma que el proyecto del que participa podría salir de los centros médicos para transformarse en “payasos sociales”, que acompañen a gente en las plazas o en los centros de la tercera edad.
“Yo era una persona común y corriente que hacía chistes. Ahora mi payaso Monono es reconocido por la calle. Una vez le festejábamos el aniversario de casada a una mujer de 85 años con cáncer que era jugadora de ping pong y su marido era bailarían. Al escuchar la música, una paciente de la cama contigua, que estaba en coma, comenzó a mover el brazo y a sonreír. La vida aparece si uno la incentiva”, reflexionó Montiel.
Martina y sus pelucas solidarias
Cuando el papá de Martina murió de cáncer, hace tres años, ella le preguntó a su madre qué podía hacer por otra gente que estaba enferma. Daniela le contestó que había quienes donaban órganos, o sangre, y que algunos hasta donaban su cabello para confeccionar pelucas destinadas a personas que pierden el propio por los tratamientos contra el cáncer. “Yo quiero donar mi pelo”, replicó Martina y ese mismo día, después del colegio, le pidió a su madre que la acompañara a la peluquería donde le cortaron sus cabellos, largos hasta la cintura.
La madre lo envió a una fundación en Mar del Plata que se dedicaba a la confección de pelucas. Pero la imagen se viralizó en las redes y las invitaron a la filial de Lalcec (Liga Argentina de Lucha contra el Cáncer), de ahí en más se fueron transformando en referentes de la actividad y comenzaron a recibir cabello y a donarlo, contó Daniela en declaraciones a Crítica Sur.
Martina y su mamá recibieron 3.940 votos en la elección que las consagró embajadoras y ahora impulsarán un proyecto para que las pelucas se puedan fabricar en Ushuaia, como una forma de emplear gente sin trabajo o que le interese participar de la iniciativa.
La particular elección se realiza desde el año pasado en Ushuaia durante los festejos de la “Noche más larga”, que celebra la llegada del invierno y el consecuente alargamiento de las horas de luz solar a partir de cada 21 de junio.
Los candidatos tienen que ser postulados por terceros en función de un proyecto concreto o de una trayectoria dedicada a iniciativas solidarias y luego pueden ser votados a través de Facebook mediante un sistema público que organiza el municipio de la capital fuerguina.