Es octubre en Chubut y la cordillera se viste con ropa roja, amarilla, fuccia y violeta. Es que los campos de tulipanes están florecidos y regalan un espectáculo perfecto: su colorido hace un contraste que parece salido de un cuento. Estas flores son muy especiales no sólo por su belleza, sino por la historia increíble de sus orígenes.
La palabra tulipán proviene del vocablo turco otomano «tülbend» que, a su vez, proviene del término persa «dulband». Ambas palabras significan turbante y hacen referencia a la forma que adopta la flor cuando está cerrada.
Las versiones tradicionalmente más difundidas sobre el origen del cultivo ornamental del tulipán en Occidente sostienen que este se inició en la importación de bulbos desde el Imperio otomano a través de Centroeuropa desde el siglo 16. Otros estudios también apuntan a una ruta de introducción en Europa más antigua, desde el Imperio bizantino hacia el Al-Ándalus en la Hispania musulmana.
En 1620 en Francia y los Países Bajos, el entusiasmo por cultivar estas plantas bulbosas se transformó en una verdadera fiebre conocida como «tulipomanía». Se vendían posesiones de todo tipo para comprar bulbos de tulipán y algunos tipos raros de esta especie costaban el precio de una granja, una casa o varios caballos.
En 1623, un solo bulbo de una variedad famosa de tulipán podía costar hasta 1000 florines —cifra exorbitante si se tiene en cuenta que la ganancia media anual en aquella época era de 150 florines—. Por otro lado, un buen comerciante de bulbos podía ganar 6000 florines por mes.
En 1635 se produjo una venta de cuarenta bulbos por 100 000 florines —para propósito de comparación, una tonelada de manteca costaba aproximadamente 100 florines—. Un verdadero récord fue la venta del bulbo más famoso, «Semper Augustus», por 6000 florines en Haarlem.
No había suficientes bulbos en el mercado como para respaldar la demanda existente, por lo que la tulipomanía se transformó en una especulación financiera, en la que los inversores compraban y vendían notas de crédito y no bulbos. Este periodo de euforia especulativa dio lugar a una gran burbuja económica y una crisis financiera. Constituye uno de los primeros fenómenos especulativos de masa monetaria de los que se tiene noticia.
El cultivo de tulipán
Tulipa, mejor conocido como Tulipán, es un género de plantas perennes y bulbosas perteneciente a la familia Liliaceae, en el que se incluyen los populares tulipanes, nombre común con el que se designa a todas las especies, híbridos y cultivares de este género. Tulipa contiene aproximadamente 150 especies e innumerables híbridos y cultivares conseguidos a través de mejoramiento genético que fueron realizando desde el siglo 16.
El recorrido del cultivo de tulipanes se inicia en mayo, momento en que comienza la siembra, en octubre florecen y generan estas mágicas postales sureñas, y finalmente en enero se cosechan los bulbos que luego son distribuidos al mercado argentino, principalmente en Buenos Aires.
Las semillas que le dan origen a estos tulipanes son de Holanda, mayor productor y exportador mundial de flores, uno de los países principales de la floricultura.
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