“Es uno de los mayores descubrimientos de arqueología marítima en América Latina”, afirman las autoridades de Tierra del Fuego cuando hablan del tesoro hallado en la zona de la península Mitre, sobre la costa de esta provincia: un cargamento de vasijas, un bote y herramientas indígenas provenientes de un naufragio ocurrido a mediados del Siglo XIX.
Las piezas que forman este tesoro, rescatado durante un operativo en la playa Donata, cerca de la desembocadura del río Policarpo, son “distintos tipos de platos, tazas y jarras de loza, así como botellas de vidrio, procedentes en su mayor parte de Inglaterra”, según detallaron algunos de los arqueólogos que participaron de la expedición.
La vasija, recuperada en buen estado, fue hallada dentro de cajones que afloraron en la playa y que ya habían sido vistos por un grupo de lugareños que recorría la zona en cuatriciclo, a mediados de este año.
«Aparecieron en una zona que se cubre y descubre con la variación de la marea, por lo que hubo que trabajar intensamente en los momentos en que se podía”, explicó la arqueóloga, investigadora del Conicet y del Ministerio de Cultura de la Nación Dolores Elkin.
La experta detalló que los objetos encontrados estaban “en cajones o canastos, porque además de maderas verticales tenían ramas trenzadas como si fuese mimbre. Estaban estibados, sobre todo una jarras de color azul, con unos vegetales colocados para amortiguar los golpes”.
“Las jarras son de entre 1850 y 1875. Ahora nos queda muchísimo trabajo por delante para tratar de vincular el barco y su destino. Si era parte de un sistema mercantil regional dentro de la isla, tal vez desde la ciudad chilena de Punta Arenas”, dijo la investigadora.
En el lugar apareció un bote de madera, enterrado en la playa y posiblemente puesto al descubierto por la erosión de alguna tormenta fuerte, además de herramientas indígenas, elaboradas con materiales europeos, como vidrio y piedras.
La expedición a Península Mitre, un lugar de difícil acceso y de clima adverso para la navegación y la operación de aeronaves, requirió un complejo sistema logístico del que participó un helicóptero del Ejército Argentino y personal de numerosas instituciones provinciales y nacionales, como Fuerza Aérea, Gendarmería, Defensa Civil y la Universidad Nacional de Tierra del Fuego.
Fuente: Télam