Talleres de panadería, dulces y conservas, textiles, chapa y pintura son algunas de las actividades que habilitó el Servicio Penitenciario Bonaerense para los más de 36.000 internos de la provincia, un programa que se realiza desde 2008 destinado a brindarles herramientas para la reinserción social.
Actualmente funcionan 42 de los 77 nuevos espacios previstos para las capacitaciones en oficios.
El plan prevé para lo que resta del año terminar de desarrollar esos talleres, 33 espacios nuevos y 44 puestas en valor, a los que se suman carpintería, herrería, tambo y quesería, huerta, lavado de autos y camionetas.
El más reciente es el taller de herrería y carpintería de la Unidad 10 de Melchor Romero, que se habilitó en un espacio que estaba en desuso y que fue reparado y acondicionado en su infraestructura.
El diagnóstico se elaboró teniendo en cuenta que en la actualidad, casi la mitad de las personas que ingresan al Servicio Penitenciario Bonaerense ya estuvieron alojados en alguna cárcel al menos una vez.
En lo que va de 2017 se dictaron cursos de introducción a la mecánica de motos y mecánica avanzada en la Unidad 12 de Gorina, mientras que también se dictó el primero de esos talleres en la Unidad 1 de Olmos, donde los internos participaron además de cursos sobre reparación de máquinas de coser y calzado. Asimismo, los internos de la Unidad 8 de Los Hornos trabajaron en marroquinería y textil.
En tanto, para el mes próximo está previsto que los internos de la Unidad 54 de Florencio Varela participen en cursos de mecánica de motos, y los del complejo de Magdalena 1 en Gestión de Negocios.
De acuerdo a los datos, las mejoras en los talleres «casi duplicaron la cantidad de internos que participan de ellos», mientras que los cursos de capacitación «pasaron de 1.800 el año pasado a unos 3.500 durante este año».
Solidaridad
Durante el mes de junio unos 40 internos que trabajan en la carpintería de la Unidad 46, construyeron muebles y los donaron a la asociación “Niños Caritas Felices”, que asiste a más de 250 nenes de la provincia de Chaco.
La donación se hizo efectiva a partir de un trabajo en conjunto que realizan desde el 2013 el SPB, el padre José María Di Paola y sus colaboradores del “Hogar de Cristo”, conocidos como curas villeros, que además de visitar y brindar contención espiritual a los internos, les proveen materia prima para el taller incentivando la tarea laboral y solidaria.
En esa oportunidad, fueron donadas 50 sillas y 30 mesas para adultos, 10 mesas y 40 sillas para niños, 2 alacenas, 24 caballetes, 8 tablones, 4 percheros, y juguetes. Los beneficiarios fueron más de 250 nenes que concurren a dos comedores de la Asociación Civil “Niños Caritas Felices”, uno en la localidad de Concepción del Bermejo y otro en Río Muerto, de Chaco, donde se les brinda ropa y una copa de leche.