Hace cinco décadas Guillermo Keidel comenzó una obra que fue continuada y perfeccionada por su hijo Oscar: el Recreo Keidel de Zárate. Un espacio agreste y silencioso que en paralelo a la costa recorre 800 metros del río Talavera y es testigo
Hace cinco décadas Guillermo Keidel comenzó una obra que fue continuada y perfeccionada por su hijo Oscar: el Recreo Keidel de Zárate. Un espacio agreste y silencioso que en paralelo a la costa recorre 800 metros del río Talavera y es testigo