Apenas aprieto la mano a Carlos sé cómo terminarán estos días por el hermoso departamento Castro Barros al que llaman “la Costa riojana” aunque no haya mar alguno: será alrededor de una parrilla, asando lentamente un cabrito glorioso, regado con
Apenas aprieto la mano a Carlos sé cómo terminarán estos días por el hermoso departamento Castro Barros al que llaman “la Costa riojana” aunque no haya mar alguno: será alrededor de una parrilla, asando lentamente un cabrito glorioso, regado con