Un sirio de 34 años llegó a Bariloche proveniente de Beirut en el marco del «Programa Siria» de visado humanitario. Se llama Badro y es ingeniero agrónomo.
La historia parece repetirse y viajar al pasado unos cien años atrás cuando, escapando de la guerra o de la pobreza, millones de sirios pisaban suelo argentino sin más que lo puesto y cargando en la espalda el dolor del desarraigo. En Argentina entre 1870 y 1920 los casi 2 millones de habitantes pasaron a ser 12 millones.
Volviendo al presente, Jéssica Gallardo fue la «llamante» del refugiado sirio por lo que a través del Nodo Lagos del Sur del Refugio Humanitario ya puso en marcha una campaña para buscarle alojamiento, recursos y trabajo para la nueva vida del inmigrante.
La mujer manifestó su alegría por la concreción de los trámites que llevan ya meses de trabajo, al tiempo que destacó la tarea de Migraciones en el proceso de ingreso al país de Badro.
En el aeropuerto de Bariloche el sirio -que sólo habla inglés- se mostró feliz aunque en silencio, mientras Gallardo explicó que “la idea es colaborar en su integración en Bariloche, porque cuenta con una visa inicial a renovar de dos años, que conseguirá si se desarrolla profesionalmente y en relación con la comunidad”, señaló.
Junto a familiares y amigos, Jéssica recibió al refugiado con un cartel con la inscripción “Bienvenido Bashar” en español y sirio, con la bandera argentina y la de su país, para llevarlo a su vivienda particular, donde lo alojará hasta que consiga un lugar en el que instalar su residencia.
Ya son 300 los sirios refugiados en Argentina desde que inició este programa que asila a ciudadanos sirios y sus familias que escapan de la guerra civil iniciada en 2011, con el grupo fundamentalista Estado Islámico como protagonista principal.