Un grupo de cazadores furtivos mató a Satao II, un elefante de 50 años que vivía en el Parque Nacional de Tsavo, ubicado en el sur de Kenia, África. Sus colmillos pesan más de 50 kilos cada uno y se estima que sólo quedan 6 ejemplares de estos paquidermos en el mundo.
Según ha informado la página web de Africa Geografic. «Es un golpe devastador para la conservación de elefantes y para los genes de estos animales de supercolmillos». Satao I murió en 2014 con una flecha envenenada, y sus marfiles fueron brutalmente amputados.
Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaliza el número de elefantes en África ha caído durante la última década de los cerca de 415.000 a unos 111.000. Se calcula que cada año se mata a unos 30.000 para arrancarles los colmillos. El tráfico ilegal de marfil mueve unos 10.000 millones de dólares cada año.
Tras la muerte de Satao II, Sólo quedarían seis tuskers (elefantes cuyos colmillos pesan más de 45,5 kilogramos) en el Área de Conservación de Tsavo. El cuerpo del elefante fue localizado por el Servicio de Fauna de Kenia antes de que los cazadores furtivos pudieran extraerle los colmillos.
«Por suerte, gracias al trabajo que hacemos con el Servicio de Vida Silvestre de Kenia, pudimos encontrar el cadáver antes de que los cazadores furtivos pudieran levarse el marfil», dijo Richard Moller, uno de los responsables del parque. El elefante abatido era uno de los animales más adorados por los visitantes del parque. «Era mayor y fácil de ver. Otros se esconden más», explicó.
El elefante abatido era uno de los animales más adorados por los visitantes del parque.
Según Moller, solo quedan unos 25 elefantes de colmillos gigantes, de los que unos 15 se encuentran en Kenia. «Son iconos, son embajadores de los elefantes», añadió.
Fuente: El País