Fontanarrosa, libros, humor, cultura

A 10 años de su partida, recordamos al «Negro» Fontanarrosa

«Roberto Fontanarrosa era un tipo de una nobleza extraordinaria, un dibujante excepcional, auténtico y descollante”, lanza el dibujante Alberto Mirtuono, quien fuera compañero de trabajo y representante del genial historietista rosarino, de quien ayer se cumplieron 10 años de su fallecimiento.

Roberto Alfredo el Negro Fontanarrosa nació en Rosario el 26 de noviembre de 1944 y falleció el 19 de julio de 2007, a los 62 años, víctima de un paro cardiorrespiratorio una hora después de ingresar en un hospital con un cuadro de insuficiencia respiratoria aguda.

La ciudad de Rosario recuerda la figura de Roberto Fontanarrosa con el estreno de una película, muestras, charlas y exposiciones. Personalidades de la cultura, de la política y el arte expresaron su afecto y admiración por la prolífica obra del dibujante, escritor, historietista y ferviente hincha del club Rosario Central.

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“Era un negro por fuera y por dentro, pocas veces conocí a un personaje tan auténtico. Desde chico tenía una nobleza extraordinaria y un talento sin par”, afirmó el rosarino Alberto.

Alberto, quien fuera amigo y representante de Fontanarrosa, lo tuvo como alumno y hasta fue jefe del creador de Boogie el Aceitoso. “Al Negro lo conocí cuando él tenía 17 años, en la empresa de Publicidad de Roberto Reyna, donde yo trabajaba”.

Según el relato de Alberto, el padre de Fontanarrosa, que era dirigente del Básquetbol de Rosario y conocía al dueño de esa empresa de publicidad, “le dijo un día si podía hacer algo por ese chico, que no hace nada. Lo único que le gusta es el fútbol y dibujar, y ni siquiera mira a las minas”, recordó.

“Era un flaco desgarbado de silencios absolutos, de mirada profunda y poco común. Muy linda persona. Era extremadamente introvertido, tímido pero dueño de un gran talento: tenía una mirada sobre las cosas que otros congéneres y colegas que solíamos compartir esos tiempos no alcanzábamos a ver”, destacó.

“Era uno de esos seres descollantes que no tienen que pensar, porque les sale en forma absolutamente espontánea, y esa es una característica que recuerdo, ya la tenía siendo muy chico y sorprendía”.

Más tarde, Mirtuono abrió su propia agencia de Publicidad (Forma Publicidad) donde lo tuvo al Negro como empleado. Cuenta que su tarea era relevante, trascendente. Fontanarrosa enriquecía todo el trabajo con su arte.
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Por último, el dibujante Mirtuono señaló que el autor de Inodoro Pereyra «tenía una cultura muy sólida, era un tipo superior a muchos de los que dibujábamos en aquel entonces, y eso que había tipos brillantes, pero el Negro salía de la media general”, destacó.

«De mí se dirá posiblemente que soy un escritor cómico, a lo sumo. Y será cierto. No me interesa demasiado la definición que se haga de mí. No aspiro al Nobel de Literatura. Yo me doy por muy bien pagado cuando alguien se me acerca y me dice: «Me cagué de risa con tu libro». Fontanarrosa

Sus novelas: 
1981: Best Seller (las aventuras del mercenario sirio homónimo)
1982: El área 18
1985: La gansada

Libros de cuentos:
Fontanarrosa se la cuenta (1973) (Reeditado como Los trenes matan a los autos).
El mundo ha vivido equivocado (1982).
No sé si he sido claro (1986).
Nada del otro mundo (1987).
El mayor de mis defectos (1990).
Uno nunca sabe (1993).
La mesa de los galanes (1995).
Los trenes matan a los autos (1997).
Una lección de vida (1998).
Puro fútbol (2000).
Te digo más… (2001).
Usted no me lo va a creer (2003).
El rey de la milonga (2005).
19 de diciembre de 1971 (2006), cuento incluido en el libro Once contra once. Cuentos de fútbol para los fanáticos del fútbol.
Negar todo (2013).

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Publicaciones de historietas:
Los clásicos según Fontanarrosa
Semblanzas Deportivas
Sperman
Inodoro Pereyra (tomos 1 a 32).
Boogie, el aceitoso

 

 

 

Fuente: Télam / Foto Infobae