Para conseguir un ahorro económico y energético y contribuir al saneamiento ambiental, científicos del Conicet incorporaron exitosamente desechos sólidos minerales en el proceso de fabricación de cemento Portland utilizado para la construcción.
Esos desechos son el resultado de los procesos químicos de la obtención del aluminio, la empresa Aluar, cuya planta esta en la ciudad chubutense de Puerto Madryn, genera un material de descarte que contiene grafito, criolita, y la mezcla de ambos, que se conoce como alucoque.
Según detallaron los científicos, se generan a razón de 900 toneladas por mes de ese residuo que actualmente se deposita en un relleno de seguridad ubicado dentro del predio industrial.
El investigador principal del Conicet y director del Cetmic, Alberto Scian, explicó que «la idea de introducir el alucoque en la fabricación del cemento tiene muchas ventajas pues «es una manera de procesarlo dándole un uso efectivo y sin contaminar».
«Además, la criolita actúa como fundente y mineralizador en determinadas fases, un factor que contribuye a reducir la temperatura de los hornos, lo cual redunda en ahorro de energía”, agregó.
“La primera etapa tuvo resultados satisfactorios, demostrando que la adición del residuo no sólo no afecta el producto final sino que en ciertas proporciones puede incluso mejorarlo”, apuntó Edgardo Irassar, vicedirector del Cificen y responsable de la parte del proyecto que se concentró en la molienda del clínker, la masa semi fundida que, una vez pulverizada junto con yeso, se convierte en el cemento listo para utilizar.
Scian explica que faltaría solucionar “por un lado la cuestión geográfica, porque las distancias entre las empresas son grandes, entonces aparece el costo del transporte. Y, por el otro, también las legislaciones aplicables, dado que al estar ubicadas en distintas provincias, el traslado de materiales peligrosos se complejiza”.