Raly

Raly Barrionuevo calentó la noche del Festival del Salame Quintero

Del 11 al 13 de septiembre el pueblo de Mercedes realizó la tradicional Fiesta del Salame Quintero, la cual se celebra desde 1975, organizada por una comisión de festejos, junto a la Municipalidad. La música estuvo de la mano de Tambo Tambo, Raly Barrionuevo y el cierre con el Chaqueño Palavecino.

Se pudieron ver -aunque no degustar- variedades de salame quintero, queso, bondiola, lomito ahumado, nuez pecán, mermeladas, entre otras delicias. La mayoría de los puestos eran de artesanías hechas por lugareños.

Es sábado 12 de septiembre y por arriba del escenario mayor pasa una nube espesa de humo que sale de las parrillas: hoy se come vacío y choripán. A las 23.30 un dúo de payadores divierte a la gente que se olvida por un rato del frío; un frío que obliga al poncho, al gorro de lana, guantes y todo aquello que ayude a soportar los 4° de temperatura. Para ese horario estaba previsto que cante Raly Barrionuevo, pero ya se palpita un retraso que será duro y largo: aún falta el desfile y coronación de la reina del salame quintero. El público que quiere ver a Raly muestra ansiedad y fastidio, sumado al frío que cada minuto se hace más difícil de soportar: el mate caliente es fundamental en la espera.

Las calles aledañas están cubiertas por autos, “vino bastante gente, pero menos que años anteriores. Quizás sea por el frío, quizás por el precio de las entradas” comenta Eduardo, vecino de la zona. “Debería ser entrada gratuita” agrega este hombre mercedino de 50 años, mientras toma mate caliente y mastica un choripán.

Raly sube al escenario a la 1:00 con pasos lentos, mira tímidamente a su público y muestra una sonrisa que le atraviesa la cara. Zamba y Acuarela es la canción que elige para arrancar este show que va a durar una hora y media, y va a tener de todo: zambas, chacareras y algunas versiones con aire de rock. El público baila y  espanta el frío. “Lo sigo a Raly hace ocho años, vengo de Capital Federal. Me hace bien escucharlo, me alegra el alma” dice Florencia con ojos brillantes que no se mueven de Raly. Viajó en una combi junto a cuatro amigos.

Pasaron veinte minutos del inicio y el músico santiagueño no quiere que la gente deje de bailar, por eso prefiere no dar descanso y sigue con Chacarera del Chilalo, de Fotunato Juárez. El momento más fuerte de la noche llega cuando sube al escenario Néstor “duende” Garnica y cantan a dúo la chacarera del Olvidao. El público canta y baila, emponchados hasta la cabeza dando pelea a la noche helada.

Cerca de las 2:00 Raly se pone la campera y un gorro negro, se sienta en la silla colorida de madera que lo acompaña en cada recital y regala Zamba de Usted con un tono dulce y afinado. Siguen las chacareras y el baile. A las 2:20 cierra la noche con Circo Criollo y Somos Nosotros, luego de 17 canciones cantadas como suele hacerlo: con el alma.  Seis personas del público se acercan al escenario para darle un cartel. Lo levanta: “Frías ciudad de la amistad”, dice esta cartulina blanca que viajó desde Santiago del Estero.