La bisnieta de Alicia, la niña que inspiró a Lewis Carrol para darle vida a «Alicia en el país de las maravillas», abre su archivo familiar y lo convierte en novela: la británica Vanessa Tait publicó «La casa del espejo», una novela de ficción que recupera, a partir de cartas y diarios personales, el retrato de la familia a la que pertenecía el personaje y abre las puertas a nuevas lecturas de la célebre obra universal.
Tras una década de escritura y un archivo de papeles sobre su bisabuela que reclamaban un lugar en la ficción, Tait sacó a la luz esta novela que nos acerca al universo de dos figuras claves de la literatura para niños: Alicia Liddell y Lewis Carroll, a partir del punto de vista de la institutriz de la familia, la señorita Mary Prickett.
La historia desgrana un retrato de época victoriano sobre la familia de Alicia, al tiempo que ofrece nuevas lecturas sobre la trama que juntó a la niña y al escritor -una relación que a la luz del tiempo fue interpretada, al menos, como polémica por numerosos lectores-.
Qué sucedió antes de que Alicia siguiera al Conejo Blanco, cómo era esa niña de flequillo hasta los ojos que despertó la imaginación literaria más extraordinaria, quién era ese tal señor Dodgson de sonrisa despareja, cómo eran educadas las hijas de la familia Liddell y cómo vivía esa historia una institutriz, son algunas de las pistas de esta novela que cruza ficción y realidad.
Vanessa Tait y su novela
«Cuando estaba buscando un tema para mi primera novela, me pregunté: ¿en qué me siento apasionada? ¿cuál fue mi historia, y sólo mi historia? Y la respuesta era la historia de Alicia y de Lewis Carroll. Ellos siempre dijeron: escribe sobre algo que sepas. Yo sabía de Alicia Liddell.
Mi familia heredó todo lo relacionado con ella, mi madre guardaba todos sus objetos de interés en un viejo mueble con cajones en la parte superior de la casa y en días de lluvia me gustaba ir allá y mirarlo todo: cosas personales como sus gafas de ópera, sus guantes, sus vestidos, un libro de fotografías que Lewis Carroll había hecho sobre la familia de Alicia.
Cuando era chica, me parecía bastante a Alicia y de vez en cuando me pedían que me vista como ella, como en la famosa fotografía, o me decían que me ponga ropa al estilo victoriano y leyera una copia del libro para la cámara, de modo que fue muy fácil para mí escribir sobre ella cuando decidí empezar una novela«, explica la escritora.
«La gente dice que en mi libro no fui buena con Alicia. Yo no pienso que haya sido dura con ella. Tal vez eran las historias que mi madre contaba, como que no dejó a Caryl, mi abuelo, ser un pianista porque no era una profesión de hombres».
Inicialmente no podía unir a las dos Alicia, es decir, a la joven y a la vieja. Hoy, creo que la Alicia del libro es un buen retrato de lo que fue realmente ella cuando tenía 7 años. Me di cuenta que por ahí el adorable, imperioso y fuerte personaje de la Alicia que todos conocemos en el libro se cristaliza en algo más fuerte a medida que pasan los años, y que en realidad no es una diferencia en el personaje.
¿Cómo marcaste los límites entre ficción y realidad?
«Pasé mucho tiempo tratando de escribir una novela que se pegue perfectamente al marco de fechas y tiempos de la historia, pero era una incómoda mezcla entre no-ficción y novela. Para escribir una novela convincente, tenía que dejar de lado todo eso, mientras que se pegue cerca del corazón de la historia. Con esto me refiero a que todo lo que está incluido realmente pasó, en mi comprensión al menos. Sólo tuve que comprimir el marco del tiempo e inventar algunos personajes. La gente quiere conocer los hechos, ocurre que estos son muy abiertos a la interpretación. Por el tipo de material que teníamos, los eruditos de Lewis Carroll estaban vehemente en desacuerdo con la relación entre Alicia y él, por ejemplo. De todas formas, las últimas investigaciones científicas muestran que no hay cierta cosa como verdad, ¿no? Nuestras memorias se dañan pronto, ni hablar 150 años después.»
¿Son las mismas personas la Alicia de Carroll y la Alicia bisabuela?
«Sí, creo que ambas son lo mismo. Ella era la niña de sus sueños, como él lo dijo. Su amiga ideal que lo inspiró a escribir uno de los más grandes libros para niños de la literatura de todos los tiempos. Sin ella, como dijo, la historia hubiese vivido y muerto como un mosquito en un día de verano».
Fuente: Télam