La primera milonga fundada en China, el Club Ater, cumplió diez años y lo celebró en Beijing con una gran pista de baile, donde un centenar de personas demostró que el ritmo del 2×4 está más vivo que nunca y que cada vez más chinos se enamoran de la cultura del tango.
Para celebrar este aniversario, la milonga -que funciona en Zi Zhuqiao, un barrio al oeste de la capital- se trasladó al salón de un importante hotel de Beijing, donde las parejas se movían circularmente por una pista muy iluminada y cercada por espejos; otros, a la espera de su turno, se abanicaban mitigando el calor o tomaban vino mendocino, la bebida que le dio otra nota argentina a la velada.
“El tango en China arrancó fuerte hace unos años, pero crece muy rápido», contó Ou Zhanming (conocido como Gaviota), periodista chino que vivió varios años en Argentina y es miembro de la Academia Nacional del Tango.
«En 2011 sólo en tres ciudades chinas había clubes de tango y ahora hay milongas todas las semanas en 32 ciudades”, detalló.
El club Ater -Argentina Tango Dancers- fundado en 2007, es el primero que se inauguró en China y actualmente organiza milongas dos veces por semana en Beijing a la que acuden por noche unas 60 personas.
Su fundadora es Daidai Li, una ex profesora de Química de secundario que hace más de una década conoció a unos alemanes que bailaban tango. Gracias a esta globalizada triangulación, el flechazo fue instantáneo. “El tango me cambió la vida, mi pensamiento, todo fue mucho más positivo y quise compartir esto con los demás”, explicó.
Durante la noche hubo sorteos –trajes, zapatos y hasta un viaje a Buenos Aires-, y tuvo su punto culmine con una sensual presentación de los bailarines argentinos, Luis Ramírez y Analía Carreño, quienes hicieron delirar al público, y promedió con el repertorio de la orquesta Fusión Tango.
La milonga se extendió entre sushi, frutas, pescados y vino tinto, hasta bien entrada la madrugada. “La fascinación china por el tango es el baile, el abrazo, es tocarse. En China tenemos un espíritu muy tradicional y la gente no se toca, especialmente los solteros. Acá, una china soltera y linda abrazada a un desconocido sería increíble, excepto por el tango, que es una historia de amor de tres minutos”, definió Zhanming.
Además, explicó el investigador, las canciones “son una ventana de la cultura argentina para conocer más a los porteños, las calles de Buenos Aires y su pensamiento. La gente se da cuenta que es una cultura y los chinos quieren saber qué están bailando”.
El consejero de Cultura de la embajada argentina en China, Juan Manuel Cortelletti, felicitó a la milonga por difundir el tango y entregó un certificado de apoyo que acredita la trayectoria del club, la experiencia y la capacidad para enseñar el tengo de manera adecuada y tradicional.
Para Cortelletti, uno de los pocos argentinos en la noche, “el tango trascendió las fronteras del mundo y el interés está creciendo mucho en China. Está muy presente con el Mundial de Tango en Nanjing, en milongas como esta, y en conciertos como el del próximo lunes en el Conservatorio de Beijing, donde se realizará un homenaje a Carlos Gardel”.
Por Leticia Pogoriles, Télam.