Diego Marsiglio vive en Intendente Alvear, una pequeña localidad al noreste de La Pampa, y denunció que un avión fumigó con agrotóxicos su terreno y le causó problemas respiratorios, por lo cual fue internado. Además, perdió toda su huerta y sus caballos sufrieron fuertes reacciones en la piel.
El Colectivo Sanitario de La Pampa difundió la denuncia de este vecino que es una víctima más de los agrotóxicos. Desde el Colectivo afirman que: «Desde el estado no se están instrumentando políticas de control y monitoreo sobre esta realidad, y desde el orden legislativo no están haciendo nada para la prevención y la protección de la salud de la población y del ambiente. Nunca tuvimos respuesta como tampoco vimos manifestaciones públicas de parte de ningún bloque asumiendo posición sobre esto», y agregan que «permanentemente recibimos mensajes de personas de distintos lugares de la provincia que denuncian situaciones riesgosas para la salud de la población, algunos ejemplos son los depósitos de bidones con agroquímicos en los pueblos, la presencia de las pulverizadoras (“mosquitos”) estacionados con total indiferencia también en el pueblo, la “fumigación” que se ve diariamente en las plazas de las localidades en sitios donde juegan los niños, entre tantos otros.»
En los últimos días se registraron varios casos de contaminación que reflejan la problemática de La Pampa, por ejemplo, la muerte de doscientas vacas en Ingeniero Luiggi por tomar agua contaminada con agroquímicos; y el caso de Vértiz, el 23 de noviembre pasado, donde mil bidones de agroquímicos terminaron flotando, tras una inundación, a escasos 500 metros de la localidad. Una comisión de la Subsecretaría de Ecología fue convocada para hacer un relevamiento de la situación y constató que eran más de mil bidones de herbicidas y pesticidas diseminados en un campo colapsado de agua.
Intendente Alvear es una localidad pampeana ubicada en la esquina noreste al borde del mapa provincial, limitando con Córdoba y Buenos Aires, lo atraviesa la llamada zona núcleo donde la soja es reina de los campos. Se trata de uno de los lugares más contaminados de nuestro país. Con 15.000 habitantes, el pueblo se mueve al ritmo de esta semilla, aunque son muchos los que apuestan por cultivos más benévolos y por un modelo de vida que difiere del uso del veneno.
El caso de Diego refleja la realidad de toda una localidad sitiada por la pulverización de unos pocos productores que tienen a toda una comunidad de rehén.
Fuente: Noticias Ambientales