Comunidades originarias celebraron ayer el Día de la Pachamama en el monumento a los Héroes de la Independencia, en Humahuaca, donde expresaron su agradecimiento a la Madre Tierra con oraciones y ofrendas, y reivindicaron los conceptos milenarios de la cosmovisión andina, en un ritual que según las creencias forma parte de un sistema de reciprocidad entre el mundo material y el espiritual.
Durante todo el mes se realizarán en cada rincón de la provincia de Jujuy diversos cultos a la Madre Tierra.
En medio del aroma del sahumerio que se dispersaba por todos los ambientes para “liberar las malas energías”, las comunidades tributaron honores a la deidad generosa que «todo lo da y todo lo produce” para pedir por prosperidad en el campo, en la cosecha y animales y en todos los órdenes de la vida.
El ritual tuvo lugar a un costado de la Torre de Santa Bárbara, ubicada a la izquierda del Monumento a los Héroes de la Independencia, donde se congregaron los representantes de las comunidades Hornaditas, Valiazo, Rodero, Ocumazo, Chorcán, Pucará, Zenta, Chorrillos, Coctaca y San Roque, entre otras, pertenecientes al pueblo Omaguaca, además de vecinos y numerosos turistas.
Las copleras Argentina Paredes y las hermanas Coya animaron con su canto el espectáculo en el sitio de adoración de la Pachamama, que continuó con la presentación del grupo folklórico Omaguaca, la solista Corita y los cuerpos de danza Uquía y Virgen de Urkupiña.
Durante agosto la cultura andina está enfocada hacia Pachamama, un ritual que según las creencias forma parte de un sistema de reciprocidad entre el mundo material y el mundo espiritual.
En el momento del homenaje hay una cuestión espiritual que se impone, ya que «la Pachamama es sagrada y debe ser respetada», según la creencia, debido a que de ella se extraen todo tipo de alimentos y por lo tanto el agradecimiento tiene que ser inmenso.
Con la apertura de la boca de la Pachamama – un pequeño pozo cavado en la tierra adornado con serpentinas y lanas de colores-, se sucedieron las ofrendas para depositar hojas de coca, chicha, cigarrillos, yerbeado, licores, cerveza y vino, junto a comidas regionales como guisos de trigo, quínoa, mondongo, además de carnes hervidas chalonas, papas y maíz, todo parte del “menú” a la hora de ofrendar.