En el lago de Epecuén este domingo 29 de enero cerca de 2.000 personas flotaron tomadas de la mano, con los pies a la vista y durante 30 segundos, batiendo un récord Guinness. En este pueblo reconocido por las propiedades curativas de sus aguas saladas, aún hoy se trabaja por superar las consecuencias de la terrible inundación ocurrida el 10 de noviembre de 1985, cuando el pueblo quedó sumergido 8 metros bajo el agua.
“Nosotras somos fanáticas de Carhué y venimos siempre. Es lindo participar de un récord Guinness, ser parte de algo que queda registrado y que atraerá gente de muchos lugares”, comentó a Télam Gabriela, quien viajó con un grupo de amigas desde Carlos Casares, a unos 300 kilómetros de esta ciudad.
El operativo, organizado por el municipio y fiscalizado la fundación Guinness, comenzó cerca de las 14 en la «ecoplaya» de Carhué (es una playa sustentable que tiene tiene: una bomba solar sumergible para extracción de agua, paneles solares, baterías recargables solares, luminarias solares de calle y un calefón solar que se usa para suministrar agua caliente para el mate), con una multitudinaria fila de personas que querían ser registradas para ser parte del récord, consistente en flotar tomadas de la mano y con los pies a la vista durante 30 segundos.
Para contar la cantidad de personas que ingresaron al agua se instalaron 2 molinetes y un dron sobrevoló la laguna el fin de verificar que la fila no se rompiera durante los 30 segundos de competencia.
En la ecoplaya también había cientos de curiosos que se instalaron con sus sombrillas para ver el agitado espectáculo, en un día de sol pleno y unos 40 grados de sensación térmica.
Cerca de las 18:30 David Hirtz, intendente del partido de Adolfo Alsina –al que pertenece Carhué- anunció que se había cumplido el desafío y agradeció a todos los que se acercaron a participar. La cantidad exacta de personas que lograron flotar sin soltarse las manos será informada esta noche por la representante de Guinness para América Latina, Natalia Ramírez, en la plaza principal de Carhué, donde se montó un escenario en el que Alejandro Lerner dará un recital para cerrar la 15° Fiesta del Turismo Termal.
Los 2.000 participantes viajaron desde distintos puntos del país, inclusive de las provincias de Jujuy y Formosa, y las plazas hoteleras de Carhué -la localidad más cercana, con unos 10.000 habitantes- estaban reservadas casi en su totalidad desde hace un mes por visitantes que también vinieron de Bahía Blanca, Olavarría, La Plata, General Roca y Santa Rosa, entre otras ciudades.
Por cada 50 personas flotando en el agua había también un fiscalizador -en su mayoría oriundos de Carhué, que no debían estar relacionados con los organizadores- encargado de contar a los participantes e informar a la jueza de Guinness levantando el brazo con un banderín.
Hasta hoy, el récord pertenecía a Taiwan, donde en 2014 flotaron 634 personas en lago Sun Moon pero utilizando flotadores, que en Epecuén no son necesarios por la alta concentración de sales en sus aguas.
La salinidad del lago Epecuén “es de 9 a 1 comparada con el mar”, dijeron voceros de la oficina de turismo local, mientras que locales y visitantes aseguran que algo equivalente se puede encontrar sólo en el Mar Muerto, en Israel. Las aguas saladas del Epecuén ofrecen beneficios para la salud: alivia dolores musculares, otros relacionados con el sistema óseo y cura enfermedades de la piel como la psoriasis.
El lago Epecuén es en realidad una salina húmeda que tiene actualmente unas 17.000 hectáreas y atravesó en los últimos años un ciclo seco, por lo que sus aguas se fueron evaporando y la concentración de sus minerales aumentó. También atraen a los visitantes las ruinas de la antigua villa turística Lago Epecuén, que quedó bajo el agua tras una gran inundación en noviembre de 1985, cuando vivían allí unas 1.500 personas y había declaradas cerca de 5.000 plazas hoteleras.