Estudiantes de cocina, maestros pizzeros y personas con discapacidad intelectual de la Asociación Síndrome de Down de la República Argentina (ASDRA) trabajaron este domingo desde temprano para elaborar la empanada más grande del mundo: midió 82 metros y fue dividida en 4.000 porciones.
Para la realización de la empanada se utilizaron 350 kilogramos de masas de empanada, 130 de queso y 30 de jamón. Hubo, además, 12 maestros pizzeros, 100 colaboradores y 60 personas en la parte técnica. «Apostamos a la inserción laboral de la gente con discapacidad intelectual por una sociedad más justa, donde todos y cada uno colabore con su parte», agregó.
Todas estas porciones, más las 800 empanadas de carne común que se prepararon en torno a ella, fueron comercializadas en un número de 2500 tickets a beneficio de ASDRA, por un bono contribución de 30 pesos que incluyó dos unidades más una bebida.
«Nuestros hijos venden los bonos para realizar la compra de la empanadas y también están participando en la elaboración, porque además de ser una oportunidad para que la gente colabore es una nueva oportunidad para mostrar que ellos pueden hacer cualquier actividad con los apoyos necesarios», dijo a Télam Alejandro Cytrynbaum, secretario general de ASDRA y padre de Martín, de 16 años.
«Martín está re contento, laburando con las empanadas: a él le gusta mucho trabajar y nosotros estamos muy felices también de que se vea todo lo que él puede hacer», dijo.
ASDRA impulsa desde hace dos años el programa de inclusión laboral y «tenemos un montón de colocaciones en el mercado laboral abierto», contó Cytrynbaum. «Actividades como las de hoy contribuyen a difundir este tipo de iniciativas y crear conciencia entre los empleadores».
Este año, la conducción estuvo a cargo de Toti Passman, Pilar Smith y Gustavo Chapur, y la espera hasta que se logró el récord fue amenizada con un show de magia inclusiva, un dúo de magos (uno de ellos con síndrome de Down) y espectáculos musicales.
Por su parte, Mariana Casabella, 26 años, una de las personas con síndrome de down que tuvo a cargo la distribución de las porciones de empanadas, señaló: «Estamos muy felices con este evento y agradecemos mucho a toda la gente que se acerca a colaborar y a los cocineros que también nos permiten participar en la cocina».
Entre los chicos con síndrome de Down que cocinaron la empanada también estuvo Alan Rodríguez, cuyos padres reclaman para él el título secundario después de haber cursado y aprobado todas las materias en una escuela común.
El acontecimiento fue organizado por la Asociación de Propietarios de Pizzerías y Casas de Empanadas (Appyce), ASDRA, la Asociación Amigos de la Avenida de Mayo, la Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME), Federación de Comercio e Industria de la Ciudad de Buenos Aires (FECOBA), Comunas del Gobierno de la Ciudad e instituciones del sector.
ASDRA es la Asociación Síndrome de Down de la República Argentina, una asociación civil sin fines de lucro y de bien público, que fundó un grupo de mamás y papás de personas con síndrome de Down en 1988 para mejorar la calidad de vida sus hijos.
A ese trabajo voluntario se sumó un staff operativo que colaboró en las tareas diarias de la organización.