Eligen el mejor vino riojano entre más de 80 productores

Más de ochenta productores de vino riojano obtendrán la clasificación a través de la cata y degustación el 9 de noviembre, en la segunda edición de EVILAR 2015 que se realiza en Acha Club, Ciudad de Buenos Aires, ante sommeliers, chefs, enólogos, enófilos y periodistas especializados.

Con más de 300 etiquetas, los productores nucleados en diferentes asociaciones e independientes tendrán la posibilidad de ser clasificados y obtener importantes reconocimientos tras la recolección de muestras y catas centrales.

La agenda continua el 16 de noviembre en La Rioja, con una evaluación de los vinos a cargo de profesionales experimentados. Esta segunda parte de la selección será en el restaurante Orígenes de la ciudad Capital, donde se reunirá a productores de nueve departamentos provinciales y un jurado especializado bajo la consigna “un merecido lugar”, con el objeto de fortalecer la difusión y revalorización de sus técnicas ancestrales de elaboración y trascendencia cultural de los vinos.

La vinculación, intercambio de experiencias, capacitación e incentivos para incorporarse al sistema en marcha, forman parte de algunos de los objetivos de esta segunda edición de EVILAR 2015.

La cata y degustación de vinos riojanos maridados con comidas tradicionales, tendrá la calificación de destacadas personalidades relacionadas a la vitivinicultura. La logística a cargo de la Dirección de Agricultura de la provincia a cargo de Silvio Salvadores y la coordinación de Agroturismo, responsabilidad de José Turbay, comprometió la presencia de Daniel López Roca, periodista especializado en vinos, corresponsal de la revista alemana Meininger´s Wine Business International de Neustadt, y corresponsal de la revista China Wine Press de Shanghai.

La premiación se llevará a cabo el 4 de Diciembre en la ciudad de Chilecito, La Rioja, cerrando por segundo año esta experiencia única que reunirá a productores y bodegas como La Puerta, La Riojana, Paiman, Viñedos de Aminga, Finca Lomas Blancas y todas las bodegas radicadas en La Rioja inscriptas en el Instituto Nacional de Vitivinicultura.

Un paseo por la historia

El cultivo de la uva llegó a La Rioja de la mano del conquistador español Ramírez de Velasco en el año 1591. Los sacerdotes dominicos y jesuitas que acompañaron al fundador de La Rioja fueron quienes comenzaron con la actividad en el Valle de Antinaco, actual departamento Chilecito.

El Corredor de la Producción atraviesa además las localidades de Nonogasta, Felipe Varela, Villa Castelli, Vinchina, Castro Barros, Anillaco, San Blas de los Sauces, Sanagasta y Famatina donde la producción y diversificación varietal encuentran las mejores y mayores condiciones para su desarrollo.

Durante los primeros siglos la producción fue totalmente artesanal, hasta que a principios del siglo XX se instala en Chilecito una importante producción de vinos de mesa que incorpora las nuevas tecnologías industriales.

El torrontés riojano, como líder a nivel internacional, responde al paso trascendental que dio la vinicultura riojana para adquirir su sello de identidad, el que surge a partir del desarrollo de la variedad de la uva blanca. A partir de una mutación genética espontánea surgió en esta zona al generar un varietal único y diferente de todos los demás. Así nace este tipo de vino llamado torrontés que hoy se exporta a numerosos países del mundo.

El Departamento Chilecito cuenta en su territorio con la mayor superficie de viñedos de la provincia, seguido por General Felipe Varela, Famatina, Castro Barros, Arauco, y San Blas de los Sauces. Así, son los Valles de Famatina en general los que resguardan entre el Macizo del Velazco y el Nevado de Famatina, a la zona vitivinícola más importante de La Rioja.

Ubicación a más de 1.100 metros sobre el nivel del mar; suelos aluvionales raramente salitrosos con textura franca a franca-arenosa, baja humedad ambiente, alta luminosidad y una amplitud térmica estival promedio oscilante entre los 35° C durante el día y los 17° C por las noches, los Valles de Famatina ostentan condiciones óptimas para el cultivo de la vid, más aun considerando la orientación sur-norte de los cordones montañosos, lo que evita que los primeros y los últimos rayos solares incidan directamente sobre las vides, haciendo de la región un paraíso vitivinícola.