El fluoruro o flúor, utilizado por los dentistas para proteger los dientes y que se encuentra en la mayoría de las pastas dentales, ha sido declarado oficialmente una neurotoxina, junto al arsénico, plomo y mercurio, por la revista científica más prestigiosa y antigua del mundo «The Lancet».
Aunque muchos científicos advierten sobre los peligros del flúor, aún se sigue utilizando en la vida diaria como si fuera inofensivo. Una neurotoxina es un veneno que actúa sobre el sistema nervioso.
El flúor está prohibido en el 95% del mundo. El 99% de Europa occidental ha rechazado, prohibido o dejado la fluoración de sus suministros de agua. Entre los países donde la fluoración del agua está restringida o prohibida por completo están: China, Austria, Bélgica, Finlandia, Alemania, Dinamarca, Noruega, Suecia, Países Bajos, Hungría y Japón. Israel también prohibió el flúor en el agua recientemente así como partes de África.
La fluorosis dental es reconocida por los científicos de todo el mundo como el primer signo clínico de envenenamiento por fluoruro.
El flúor está relacionado con el cáncer y un coeficiente intelectual reducido
Un análisis publicado por la universidad de Harvard, concluyó que los niños que viven en zonas con agua altamente fluorada tienen puntuaciones de coeficiente intelectual “significativamente más bajas” que los que viven en zonas bajas de fluoruro.
Según el National Toxicology Program, el flúor es un mutágeno; un agente que causa mutaciones genéticas. “Un químico que puede causar daño genético es uno que probablemente puede causar o contribuir a la aparición de cáncer.”
Basado en estudios con animales y en poblaciones humanas, se determinó que el flúor puede causar cáncer de los huesos, llamado osteosarcoma. Otros estudios llevaron a los autores a concluir: “El fluoruro debería considerarse una posible causa de cáncer de vejiga y una causa contribuyente de cáncer primario de pulmón.”
Fuente: Ecoportal