El barigüí es un pequeño insecto que se convirtió en plaga de la cuenca del Salado a raíz de las inundaciones. Biólogos y epidemiólogos acordaron con nueve municipios afectados el uso de bacterias para el tratamiento científico, integral y sistémico de la cuenca.
No han dado resultado los repelentes y fumigaciones para combatir el barigüí, también conocido como «mosquita negra», cuya picadura es muy dolorosa y causa reacciones alérgicas y dermatitis en algunas personas.
Ahora se acordó usar bacterias denominadas BTI aplicadas por medio de un producto biológico de carácter natural formulado para su empleo en ambientes acuáticos, con el propósito de eliminar tanto las larvas del barigüí, como de los mosquitos y jejenes.
En el encuentro estuvieron representantes de los municipios de Bragado, Junín, Alberti, Mercedes, Chivilcoy, Roque Pérez, General Arenales, General Viamonte y General Belgrano, los más afectados por la plaga del barigüí.
Los especialistas estudiaron las posibilidades de establecer un convenio de cooperación institucional para el uso de las BTI -siglas de la bacteria Bacillus Thuringiensis-, que es la tecnología más difundida para el control del jején.
El encuentro contó con los aportes del investigador del Centro de Estudios Parasitológicos y de Vectores (Cepave) dependiente del Conicet la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), Juan José García, y de la bióloga y epidemióloga de la Dirección Provincial de Epidemiología e Información Sistematizada, Alejandra Rodríguez.