El 16 de marzo presentaron en el Museo Olsacher de Zapala, provincia de Neuquén, los restos del dinosaurio más antiguo hallado en esa provincia: una especie de lagarto con forma de pájaro de 150 millones de años. Es el primer dinosaurio del jurásico conocido en América del Sur.
Es un dinosaurio herbívoro de entre 5 y 6 metros de largo descubierto en el año 2009 que habitaba los deltas de la formación Los Molles hace 150 millones de años. Se alimentaba de plantas como las cycas muy comunes en aquella época. “Lo más sorprendente es que se las comía sin masticarlas y luego eliminaba (deposiciones) los carozos que a su vez servían para reproducir nuevas plantas en una relación que marca claramente cómo funcionaba ese ecosistema”, explica Rodolfo Coria, paleontólogo y director del Museo Carmen Funes.
Los restos fósiles fueron descubiertos por Isabel Valdivia Berry, una aficionada a la actividad paleontológica, en un campo ubicado a 60 kilómetros aproximadamente de la localidad neuquina de Picún Leufú.
El nombre del dinosaurio es Isaberrysaura mollensis, en reconocimiento a la mujer que lo encontró.
Rodolfo Coria indicó que el dinosaurio proviene del grupo Ornithischia, lagartos con forma de pájaro. «Lo más sorprendente y novedoso fue descubrir que parte de su última comida se conservó después de 150 millones de años. Nunca nos ha ocurrido que hallemos semillas conservadas durante tantos millones de años”, aseguró.
Estos dinosaurios vivían en la tierra, pero en Los Molles hay áreas que fueron costa marina, por lo que suponemos que el animal al morir fue arrastrado por arroyos hasta la costa marina y allí se encapsuló y preservó en una especie de roca dura durante millones de años”.
El hallazgo
En el sitio del hallazgo se encontró un esqueleto que comprende un cráneo casi completo y un postcráneo parcial que consiste en 6 vértebras cervicales, 15 vértebras dorsales, un sacro con un ilion parcial y un pubis aparentemente completa, 9 vértebras caudales, parte de una escápula, las costillas y fragmentos no identificables.
Los trabajos de recuperación e investigación de los fósiles estuvieron a cargo de profesionales del Museo Olsacher de Zapala, la Dirección Provincial de Minería de Neuquén, el departamento de Geología y Petróleo de la facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional del Comahue, el Instituto de Investigación en Paleobiología y Geología de la Universidad de Río Negro – Conicet, la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de La Plata, la Universidad de Zaragoza (España), la Universidad de Nova Lisboa (Portugal) y el Museo Carmen Funes de Plaza Huincul.
La publicación oficial del hallazgo se realizó en la revista científica “Scientific Report”.