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Padre César: el cura rockero deja la sotana y toca en el ND Teatro

Atahualpa Yupanqui decía que cantar es rezar dos veces, a Dios y al hombre. Sobran los músicos que dicen que el rock es su religión. Esas frases -y muchas otras- parece sintetizar el Padre César Scicchitano, conocido como «el cura rockero», que el 27 de octubre a las 20.30 tocará por primera vez en un teatro. Será en el ND Teatro, de Paraguay 918, Ciudad de Buenos Aires. 

El hombre que dará el gran salto del púlpito al escenario dice que la misa y los recitales se parecen. Y lo dice en serio. «La misa y los recitales se parecen porque la gente va a buscar algo que los alimente y en los dos casos se llevan lo mejor: la entrega del músico en un concierto y el cuerpo de Cristo en la misa».

A esa unión que tiene el rock con la religión, lo separa, según el Padre César, un solo elemento: la ropa. «El rock no se pone disfraz», dice el cura rockero, que sabe que en la iglesia su prédica enchufada encontró cierta resistencia. «Hay gente que no supo captar por dónde viene la cosa». Tal vez por eso, el padre César se define como un músico que es sacerdote antes que un sacerdote que hace rock.

«Las que le cantamos a la Virgen María», se llama su disco, con versiones rockeras de las tradicionales
odas que suelen entonarse en las Iglesias desde hace siglos. Para la placa sumó a Rolo Sartorio, de La
Beriso, Soledad Pastorutti, Alejandro Lerner, Raúl Lavié, Eduardo Barone y Katie Viqueira y tendrá su presentación el próximo jueves en la sala sita en Paraguay 918. Capital, donde interpretará temas propios y covers.

-¿Cómo convive el aspecto religioso con algunos elementos que forman parte del imaginario rockero, como los excesos?
-La mayoría de los músicos están conectados con la espiritualidad a partir del arte. Basta pensar en Pity Álvarez cantando «Está saliendo el sol»; o Luis Alberto Spinetta; ni hablar de Vox Dei o de «Sólo le pido a Dios», de León Gieco. En todos los casos, tuvieron visiones hacia lo trascendente. Lo que tiene el rock es que no se pone
disfraz, no hay un maquillaje para vender lo que uno no es. Eso es lo que siempre compré del rock de chiquito y es lo que me interesa. Aunque ellos no se den cuenta, están unidos por este hilo invisible que es Dios.

– Decía que el rock no usa disfraces. ¿Cree que la Iglesia sí los utiliza?
-Como en todo, hubo gente que no supo captar lo que estaba pasando y gente que sí. Claro que me hacen ruido los casos de abusos sexuales a menores dentro de la Iglesia o que se haya mirado para otro lado cuando
torturaban gente, pero también hay íconos como el Padre Mugica, (el Obispo Enrique) Angelelli o la Madre Teresa de Calcuta. Este es un momento de una gran oportunidad. Hay una gran posibilidad de redención con la masa. Todo
lo que va predicando (el Papa) Francisco va abriendo puertas como para que no perdamos este tiempo de la historia.