La Administración de Parques Nacionales y la provincia de Córdoba planificaron crear dos nuevos Parques Nacionales: «Mar Chiquita y Bañados del Río Dulce», considerado uno de los humedales más grandes del mundo, y «Estancia Pinas», un área que en 2016 ya fue propuesta como Parque Nacional pero que aún no se concretó.
Tiene el objetivo de proteger los diversos componentes del patrimonio natural y cultural de Córdoba, y a la vez asegurar el mantenimiento de zonas de amortiguamiento y conectividad entre las áreas protegidas nacionales.
Mar Chiquita y Bañados del Río Dulce
Mar Chiquita o Mar de Ansenuza, es el mayor lago de Argentina y el quinto lago salino del mundo. Es un área de gran riqueza en biodiversidad y uno de los atractivos turísticos más importantes del centro de Argentina. Junto con los Bañados del Río Dulce constituyen un humedal de grandes dimensiones -uno de los mayores del mundo- y una nota muy singular del paisaje de la región pampeana argentina.
Por su extensa superficie y su régimen de fluctuación, la laguna Mar Chiquita puede considerarse rara o única a escala continental. Declarado Sitio Ramsar en 2002, este humedal de Córdoba presta servicios ecológicos fundamentales y regula los regímenes hídricos y la biodiversidad, constituyendo un recurso de gran valor económico, científico y recreativo.
Entre su rica diversidad biológica, además de los mamíferos, reptiles y anfibios registrados, destaca el grupo más diverso y abundante: alrededor de 150 especies de aves vinculadas a ambientes acuáticos explican por qué se trata de un Área Importante para la Conservación de las Aves (AICA). Entre ellas están los flamencos, que son emblema de la laguna de Córdoba y están representados por tres de las seis especies que existen en el mundo.
También pueden encontrarse chorlos, gaviotas, garzas, cisnes blancos y de cuello negro, y mamíferos de importancia para la conservación como el aguará guazú, el mapache cangrejero y el tapetí o conejo de monte.
Estancia Pinas
Se trata de un predio de más de 100.000 hectáreas ubicado en el oeste de la provincia de Córdoba que resguarda un importante fragmento relictual del bosque de la ecorregión Chaco Seco en muy buen estado de conservación. Además, están presentes casi todos los ecosistemas típicos de la misma: bosques, arbustales, pastizales naturales y ambientes salinos.
Por su escaso grado de protección, estos ecosistemas contienen ambientes considerados de “conservación prioritaria” por el Proyecto de Evaluación Ecorregional del Gran Chaco Americano que desarrollan tres fundaciones: Vida Silvestre (Argentina), Nature Conservancy (Estados Unidos) y Wildlife Conservation Society (Bolivia).
El área hospeda una gran cantidad de fauna y flora nativa, destacándose la diversidad de mamíferos presentes. Muchas de las especies relevadas se encuentran en alguna categoría de riesgo a nivel nacional, como la tortuga de tierra, la martineta, el águila coronada, el carpintero negro, el oso melero, el tucu-tucu cordobés (endemismo), el pecarí de collar y el pecarí chaqueño. Esta última está en peligro de extinción y actúa como especie paraguas, es decir que su conservación ayuda en forma indirecta a proteger el ecosistema del bosque chaqueño. También se encuentran las que, probablemente, sean las últimas manadas de guanacos salvajes de la provincia.
Además, alberga un importante patrimonio cultural e histórico, dado que fue propiedad de Lisandro de la Torre y cuenta con un casco histórico y los restos de una capilla del siglo XIX.
Fuente: gentileza Administración de Parques Nacionales