Daniel Alonso es un investigador científico de Berazategui que dedicó gran parte de su vida a estudiar tratamientos contra el cáncer. Es el director científico del Laboratorio de Oncología Molecular de la Universidad Nacional de Quilmes, desde donde encabezó un consorcio que, tras 18 años de trabajo, desarrolló importantes avances contra el cáncer.
En el marco del Día del Investigador Científico, que se celebra el 10 de abril de cada año, el oncólogo e investigador Daniel Alonso se permitió reflexionar sobre su trabajo y el de sus colegas: “La mayoría de la gente nos ve como bichos raros pero en realidad somos personas con una vida normal”. En este sentido, Alonso sostiene como premisa que el trabajo investigativo debe traspasar las puertas de los laboratorios: “Es clave que nosotros podamos abrirnos, que le dediquemos tiempo a la población y que podamos devolverle a la sociedad lo que está invirtiendo en nosotros”, reflexiona el especialista y agrega: “Siempre me ha parecido importante que los conocimientos estén al alcance de la población. En el caso del cáncer eso es muy importante, porque permite derribar mitos y conseguir que la enfermedad sea controlada, ya que la prevención aquí sigue siendo lo más importante”.
Además de los más de 100 artículos originales de investigación y divulgación publicados en revistas especializadas (de Argentina, Estados Unidos y Europa), Daniel escribió varios libros sobre el cáncer, entre los que se destacan Biología tumoral, claves celulares y moleculares del cáncer (Eudeba) y El Desafío del Cangrejo (Editorial Siglo XXI).
Una vida dedicada a la investigación
Desde que Daniel se recibió de médico en 1989 en la Universidad Nacional de Rosario, la oncología fue la especialidad elegida para desarrollar su carrera profesional. Luego de ser profesor invitado en el Instituto Nacional del Cáncer de los Estados Unidos y de hacer la tesis doctoral en Medicina en el Instituto de Oncología H. Roffo -dependiente de la Universidad de Buenos Aires (UBA)-, se incorporó en 1996 a la Universidad Nacional de Quilmes, donde se puso al frente de uno de los mayores desafíos de su vida: encontrar un tratamiento a una enfermedad poco conocida y muy temida como el cáncer de pulmón.
Así es como encabezó un grupo de investigadores que desarrolló la primera vacuna terapéutica contra el cáncer de pulmón. “Este tipo de terapia es novedosa. Es importante aclarar que no previene la enfermedad y no asegura una cura definitiva, pero sí puede prolongar la sobrevida en casos avanzados y triplicar el porcentaje de pacientes que viven dos años más de lo previsto por los tratamientos tradicionales, como pueden ser la cirugía o la quimioterapia. A estas últimas no las reemplaza, pero sí las complementa”, explicó el especialista.
Actualmente, el experto está abocado a definir nuevas terapias contra el cáncer. “Uno de los proyectos en los que estamos trabajando es tratar de extender el uso de la vacuna terapéutica no solo a pacientes adultos, como los del cáncer de pulmón, sino también a tumores agresivos pediátricos”, dijo Alonso.