«La magia no está en el truco, ni siquiera en el mago. Está en la mirada de un espectador ilusionado», es el lema del dúo de magos Ale y Magomi, que le hacen frente a los prejuicios. Es que Alejandro Cuervo tiene veintitrés años, una sonrisa que le atraviesa la cara de lado a lado y una voluntad que derriba muros: es el primer mago profesional con síndrome de Down de la Argentina y desde fines de 2013 es parte del proyecto Magia Inclusiva en el que, junto con Omar Sauchuk -clown y profesor de teatro en escuelas especiales-, presenta un producto artístico, profesional y novedoso, en eventos públicos y privados.
«Conocí a Alejandro hace dos años en la Escuela Las Ilusiones, donde él estudia teatro y comedia musical. Al principio, la idea era generar una oportunidad laboral para él, le propuse ser asistente en mi espectáculo. Ahora el mago es él: él ejecuta todos los trucos», cuenta Sauchuk, quien además de trabajar como actor, mago y clown, coordina talleres artísticos para personas con discapacidad en la Escuela Especial Mi Lugar, de Temperley, y en el programa Ronda Cultural de Villa Lugano.
Alejandro además de estudiar teatro y comedia musical, se recibió de Educador Ambiental en la Universidad Austral y realiza una pasantía en la asociación civil Cascos Verdes, que trabaja en la inclusión laboral de personas con discapacidad intelectual.
Con el show Magia inclusiva ya recorrieron varios escenarios, como el programa Vacacionarte del municipio de Avellaneda y el festival Integrarte de la ciudad de Buenos Aires, así como diferentes eventos organizados por la Asociación Síndrome de Down de la República Argentina (Asdra).
«Con este proyecto la vida de Alejandro cambió: ganó autonomía y motivación, por los shows y por la organización que implica cada fecha. Siempre está haciendo difusión e invitando a sus amigos», afirma su socio.
Este dúo imparable hace, desde la magia, un producto artístico bien logrado que integra la técnica del clown, el teatro, la magia, el humor y la música. Es un show profesional y novedoso, en el que no está marcada la discapacidad.
Cuenta Sauchuk que el show lo arma Alejandro, elige cada truco e interactúa con el público. “Yo ejecuto uno o dos trucos, pero la batuta la lleva él: nada está guionado», agrega este mago que obtuvo un título de acompañante terapéutico en la Asociación Anudar por su trabajo con personas con discapacidad.
En el cierre, después de la magia, Alejandro se despide diciendo: “Todos podemos hacer magia, sólo hay que sonreír”. Una gran frase, para un gran show.
Para conocerlos: www.facebook.com/MagiaInclusiva.
Fuente: Télam