Al igual que el origen del vegetarianismo y del veganismo, hay una nueva conducta que impulsa a comer únicamente lo que sea bueno para el planeta: los climatarian. El diccionario Cambridge Dictionary los define como las personas que eligen qué consumir de acuerdo con lo que es menos perjudicial para el medio ambiente.
De este modo, los climatarian son aquellas personas que alinean el modo de alimentarse con el medioambiente. A diferencia de una persona vegana o vegetariana, pueden o no consumir carnes, ya que no es un requisito comer únicamente fruta, legumbres y verduras. Y es que consumir únicamente verduras o frutas no es sinónimo de respetar el medio ambiente.
Por ejemplo, si cada gajo de mandarina que se consume viene en una bandeja de plástico, eso es perjudicial, ya que la degradación de estos residuos también contribuye al cambio climático, según un estudio de la Universidad de Hawái publicado en la revista PloS ONE.
Cómo volverse un climatarian
“Hay dos maneras de adquirir un comportamiento más amable con el planeta. La primer es la de comer frutas o verduras de estación y que la persona sepa que se producen localmente. Cuanto más natural y fresco mejor. La segunda es la de intentar calcular a través de las etiquetas de alimentos la huella de carbono y la huella híbrida, referido a la cantidad de agua que se usa para producir el alimento”, dijo a Infobae Alejandro Inti Bonomo, responsable de la carrera de Gestión Ambiental de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE).
De este modo, el especialista explicó que una persona puede disminuir el impacto negativo con tan solo mirar la etiqueta: “La persona puede identificar el lugar de origen de producción, el carbono que se gasta en la producción del alimento, si es un alimento procesado gastará más energía y si es de otro lugar, cómo llegó al lugar de compra, ya que si es de otro país seguramente habrá gastado combustible. Por ejemplo, una manzana, que es un alimento súper saludable, no tendrá la misma huella de carbono si se produce aquí en Buenos Aires que si la traen desde Italia”.
“Me parece que cada vez aparecen más tendencias que van hacia un consumo más racional con el ambiente de alimentos y cambiar desde el consumo la manera que se produce. Hay un montón de aristas y acciones que se pueden implementar para reducir el impacto negativo, desde comer cosas locales, de estación a leer la letra chica del etiquetado sobre el origen del proceso”, concluyó Bonomo.