Un equipo de investigadores de la Universidad Nacional de La Plata realizó estudios científicos para establecer qué tipos de aditivos alimentarios son recomendables para mejorar la salud de la población, y comprobó que la curcumina y el ácido fólico ayudan a las terapias de los pacientes con cáncer.
Analía Seoane, investigadora del Laboratorio de Mutagénesis y Carcinogénesis del Instituto de Genética Veterinaria «Fernando Noel Dulout» (Igevet), expresó que «desde el siglo pasado se ha comprobado que la exposición a agentes como las radiaciones, productos químicos y algunos microorganismos, pueden incrementar el daño genético y las aberraciones cromosómicas en las poblaciones humanas y animales. Una dieta desbalanceada puede tener efectos similares».
La curcumina se obtiene a partir de la planta Curcuma longa y se le atribuyen muchas cualidades benéficas, principalmente su efecto antioxidante y antiinflamatorio.
El ácido fólico se conoce también como vitamina B9. Dado que la deficiencia de ácido fólico está asociada con efectos perjudiciales para la salud, el mismo se halla en alimentos fortificados como las harinas (ley 25.630), y se utiliza como suplemento vitamínico.
«Evaluamos los efectos de curcumina y ácido fólico en un sistema constituido por células de cáncer cervical humano cultivadas in vitro en nuestro laboratorio, y algunos compuestos naturales están siendo probados como adyuvantes quimioterapéuticos con resultados promisorios», explicó Seoane.
Y completó: «Probamos el efecto de la curcumina y el ácido fólico sobre la acción del agente quimioterapéutico carboplatino y observamos que pueden potenciar su efecto sobre las células tumorales, facilitando su eliminación».