María Eugenia Suárez es la investigadora del Conicet que convivió y trabajó con la comunidad wichí durante doce años para registrar qué plantas emplean y cómo se usan en el ámbito de la salud.
La científica logró identificar unas 115 plantas con más de 400 usos medicinales y conocer los saberes dinámicos de una comunidad vinculada ancestralmente con el bosque nativo y el monte.
Durante la investigación, entre 2005 y 2017, 30 mujeres y 21 hombres wichí aportaron sus conocimientos sobre lo que ellos mismos consideran «medicina en crecimiento», partiendo de testimonios provenientes de la tradición wichí.
Salta, Chaco y Formosa, y una pequeña franja de tierra del sudeste boliviano, de lo que se conoce como Gran Chaco, es el hábitat de este pueblo que construyó su esencia y subsistencia en base al bosque nativo y el monte, de los que obtiene el alimento, la leña y una gran variedad de plantas medicinales.
La investigación busca listar plantas silvestres, los usos medicinales utilizados por los wichí y saber si estas especies son de larga data o relativamente nuevas adquisiciones a causa de cambios sociales, históricos y ambientales.
Además, el estudio enfocó en la actual relación de la comunidad con chamanes, la aparición de la biomedicina, y el desmonte provocado por la agroindustria.
“Tras doce años de trabajo hemos logrado listar 115 plantas relacionadas con 408 usos de tipo medicinal, y vincular esos datos con la información acerca de cómo debe usarse cada una de ellas”, explicó María Eugenia Suárez, investigadora del Conicet.
“En la cultura wichí, estas plantas tienen 408 usos medicinales para tratar 68 síntomas o enfermedades diferentes”, reveló Suárez, sobre su trabajo.
Fiebre, dolores menstruales, trastornos digestivos o respiratorios y problemas de la piel, son las afecciones más comunes y consideradas en general por los wichí como “dolencias menores” que pueden curarse con las plantas de este listado. “Incluso 15 de las más versátiles se prestan para armar una especie de ´botiquín de emergencia”, señaló la investigadora.
Por qué se usan esas plantas, cómo y para qué fines, son algunas de las preguntas iniciales de esta investigación que se basa en que la medicina wichí es “diferente a la biomedicina dado que responde a pautas culturales y cosmologías propias”, aclaró Suárez.