El ancestral festejo en honor a la Pachamama comenzó ayer y se extenderá durante agosto con ritos y ceremonias. En Salta, en la plaza central de Cachi, cavaron un agujero y colocaron alrededor comidas y bebidas, para desenterrar luego las ofrendas del año pasado.
El 1 de agosto se celebra el Día de la Pachamama, el festejo más popular de los pueblos originarios de América Latina. El día celebra a la Madre Tierra: «Pacha» en aimara y quechua significa tierra, mundo, universo.
El humo es parte de un proceso de purificación y la tradición marca que debe hacerse con muña muña, una hierba muy popular en esta parte del globo, aunque también se utiliza el incienso, la mirra y el sándalo. Se debe sahumar el hogar, los negocios, el espacio de trabajo e incluso a las personas más cercanas en los afectos, para sacar las malas energías y comenzar un nuevo ciclo.
La celebración a la Pachamama es una ceremonia ancestral que llega hasta nuestros días, de generación en generación, y significa el agradecimiento por todo lo que la Madre Tierra brinda.
El ritual, que se cumple en casas particulares o en lugares públicos y entremezcla costumbres incas, liturgia católica y tradiciones de cada localidad, consiste en colocar bebidas y alimentos en un pozo cavado en la tierra, después del «Kusilla, kusilla, Pachamama», el canto quechua para la buena siembra.
También hubo ayer ceremonias en las localidades de San Carlos, Animaná, General Ballivián, Molinos, La Caldera, Colonia Santa Rosa, Aguaray y en San Antonio de los Cobres, donde abrió el mes dedicado a la Madre Tierra que cerrará el 31 de agosto en Tolar Grande y el convite se realizó en el Mercado Artesanal con un espectáculo folklórico, el sahumado del lugar y la entrega del hilo yoky, que está trenzado al revés y protege a su poseedor de las «malas ondas».
Otras actividades están previstas para el 4 de agosto en La Viña y al día siguiente en Orán, donde se podrá disfrutar de comidas, bailes y copleadas típicas, además de compartir un desayuno y almuerzo comunitarios, junto a la ofrenda en la apacheta principal de la comunidad kolla de Los Naranjos.
El 5 de agosto, en la estación de trenes de San Antonio de los Cobres abrirá la 22º Fiesta Nacional de la Pachamama, con rituales en los que los pueblos originarios agradecen a la Madre Tierra, junto a pasajeros y trabajadores del Tren a las Nubes.
Por la noche, en ese mismo pueblo salteño está programado el Festi Pacha, mientras que otras actividades se desarrollarán durante este mes en El Carril, Payogasta y Campo Quijano, donde habrá campeada con hoja de coca, carneada del toro de yista, enflorada y casamiento de animales, concurso del pial para hombres, mujeres y niños, cinchadas de mujeres y de chicos y un gran baile popular.
La celebración cerrará el 31 de agosto con ofrendas y agradecimientos en el Cerro Sagrado de la Pachamama, en plena Puna salteña, tras lo que habrá una cena y la clásica serenata con la actuación de reconocidos grupos folklóricos.
¿Qué es la Pachamama?
La Pachamama es, ante todo, una deidad. Para algunos historiadores tiene orígenes aymara (kollas), pobladores de la meseta andina del lago Titicaca, que se distribuyeron entre el occidente de Bolivia, el sur del Perú y el Norte Grande de Chile. Sin embargo, su expansión se la debe al Imperio Inca (Tahuantinsuyo), que saliendo de Perú llegó hasta Colombia, en el norte del continente, y Mendoza, en el sur.
Es en la actualidad la deidad suprema de los pueblos originarios de la región andina del Noroeste en Argentina (kollas y diaguitas-calchaquíes), y también en Bolivia y Perú, donde se la conoce como Mamapacha. Considerada como la madre de los cerros y de los hombres, la responsable de que los frutos maduren y se multiplique el ganado, aunque, como toda deidad, favorece a algunos más que a otros, dependiendo de cómo le caiga la persona o si es respetuosa de la vida y los animales.