Zoraida, Rafael y Luciano son estudiantes de la Universidad Nacional de Córdoba y están construyendo, junto con el Instituto Nacional de Tecnología Industrial, un prototipo de «baños secos»: son inodoros que no utilizan agua para la evacuación de orina y excrementos y no se conectan a la red de centralización de las aguas residuales. En lugar de enjuagar con agua, se adiciona material secante (cal, aserrín o tierra) a las heces para incrementar el PH, disminuir la humedad y posteriormente obtener un producto seco, inodoro, inofensivo para asegurar su disposición o reuso.
Los baños secos incluyen contenedores para el acopio y tratamiento posterior. El diseño del inodoro imita el modelo convencional: mediante el accionamiento de un botón cae el material secante alojado en la mochila. El prototipo se instalará en el predio de la Escuela de Oficios que funciona en Ciudad Universitaria de Córdoba Capital.
Beneficios: dejar de gastar y contaminar importantes volúmenes de agua, aportar nutrientes al suelo y ahorar energía en potabilización y saneamiento. Son una alternativa tecnológica sustentable en áreas donde no se tiene acceso a la red cloacal hay escasez hídrica.
Para la recolección y el tratamiento de los restos sólidos se diseñaron cámaras móviles intercambiables que permiten una manipulación segura y ágil. La orina es almacenada en un contenedor separado. Para el diseño arquitectónico de los baños secos, se convocó al Grupo de Bioconstrucción del Instituto de Arquitectura Sustentable del Colegio de Arquitectos de Córdoba: bajo la consigna de plantear un proyecto con carácter experimental, educativo y participativo, desarrollaron una propuesta que incorpora criterios de minimización de impactos ambientales y el uso de materiales reciclados.
En la provincia de Córdoba, según el Censo 2010, más de la mitad de la población no cuenta con cobertura de red cloacal, problema que se agrava en algunas regiones que sufren escasez de agua. Los sistemas de saneamiento centralizados muestran déficits; efluentes cloacales muchas veces se vierten sin tratamiento en lagos y ríos, o requieren un intenso mantenimiento por las obstrucciones de desagües. Por otro lado los métodos descentralizados convencionales, como pozos ciegos, en muchos casos generan problemas sanitarios y/o ambientales como la contaminación de napas de agua.
Se ha redactado un manual técnico, que orienta en la implementación, el uso correcto, la recolección y el mantenimiento de la tecnología de los baños secos, ofreciendo además a los municipios las bases técnicas para su habilitación como sistema de saneamiento. Como parte de este proceso se invita a los municipios a impulsar el sistema de saneamiento seco, mediante ordenanzas específicas.
Es importante remarcar que los sanitarios urbanos convencionales del modelo de vivienda actual se basan en un uso intensivo del agua para la eliminación de los desechos, que conlleva un uso excesivo de un recurso escaso como es el agua potable, que se degrada y subutiliza como mero vehículo de transporte. Esto implica su inevitable contaminación: el agua se transforma en un desecho contaminado que debe ser tratada en una planta especial, o seguirá contaminando suelos y cursos de agua con los que tome contacto.
Se malgastan además energía y recursos, ya que habitualmente el agua fue previamente extraída de un curso de agua; depurada y potabilizada; transportada y distribuida por largas redes de cañerías, y luego de su uso en el inodoro (doce litros en promedio en cada descarga) debe ser nuevamente transportada por otra red cloacal hasta la planta de tratamiento.
En algunos países ya utilizan este sistema: Durban, la tercera ciudad de Sudáfrica, con más de 600 mil habitantes, incluye en su plan de saneamiento la tecnología de baño con separación de orina. La ciudad sueca de Tanum incorporó en 2005 en su normativa sobre saneamiento la instalación de sistemas secos con separación de orina oficialmente en su plan municipal y funciona como municipio modelo.