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Un atleta paralímpico anduvo 210 kilómetros sin parar y batió el record mundial

Marito supo lo que era caminar con los pies de su padre, en los que se apoyaba mientras papá andaba para atrás para que el niño sintiera esa sensación. Marito había tenido poliomielitis a los nueve meses y tenía las piernas soldadas. Ese Marito se lanzó al mundo con su discapacidad. Creció, se golpeó, se acomodó, fue feliz así, como le tocó. Ese Marito que hoy es Mario se anotó en el libro de los records mundiales al lograr andar 210 kilómetros sin parar en su silla de ruedas adaptada.

Mario Gutiérrez, mendocino, 54 años, paratleta, es ahora el hombre más rápido y resistente del mundo en las sillas de ruedas tras romper el récord mundial de distancia recorrida en silla de ruedas durante 24 horas en la pista de atletismo del estadio Malvinas Argentinas de Mendoza.

«Gracias a Dios lo logré», dice Mario ahora, exhausto pero feliz. «Me propuse quebrar ese récord. Lo venía estudiando desde el año pasado con mi entrenador y con la asistencia de una psicóloga especialista en deportes, quienes me ayudaron muchísimo en la preparación, porque, más allá de la distancia y de la velocidad, es un tema mental».

«Más allá de récord mundial tenía un objetivo claro: fomentar el deporte como medio de inclusión y ayudar a cambiar la visión que la gente tiene del deportista con discapacidad. Tienen que vernos como deportistas comunes, simplemente que lo hacemos de una forma adaptada y en alto rendimiento», dijo. Los atletas discapacitados son esto que demostró hoy Marito: atletas de alto rendimiento.

Con el cansancio lógico tras 24 horas en su silla de ruedas de aluminio francés de aleación y con ruedas tubulares de 3,800 kilogramos, el hombre record recibió el mejor premio, el cariño de su familia, su esposa, su hija, sus hermanos. Los padres de Mario y su hermano mayor murieron en un accidente de tránsito.

«Aprendí a caminar arriba de los pies de mi padre, mientras él caminaba hacia atrás. Con el tiempo me fue soltando, dándome un palo de escoba para que me agarrara por si me tambaleaba. Tuve una muy linda mi infancia. Mi discapacidad no me estancó y en eso tuvo mucho que ver mi madre, que nunca me sobreprotegió. Utilizaba aparatos de rehabilitación cuando iba a la escuela, pero nunca me sentí discriminado. Nunca me automarginé y eso se lo debo a mis padres», dijo Marito, emocionado.

Este Mario le rompió el record a otro Mario. Durante nueve años el atleta paralímpico portugués Mario Trindade, con una distancia final de 182,400 kilómetros recorridos en 18 horas y 53 minutos, tenía hasta hace unas horas el record mundial que ahora, por derecho propio, le pertenece a este Marito que hoy se convirtió en Mario, un deportista gigante, un tipo sencillo, una persona feliz.