Adelaida Mangani dice que los títeres «la atropellaron» en los años ‘60, cuando tenía pensado dedicarse al teatro y la música. Pero en el camino conoció a Ariel Bufano y, con él, un mundo de muñecos que nunca abandonó. Hoy, siendo la directora del Grupo de Titiriteros y del Taller Escuela de Titiriteros del Teatro San Martín, recibirá la distinción de «Personalidad destacada de la Cultura», en reconocimiento a su trayectoria como educadora y artista.
El acto se realiza hoy, viernes 14 de octubre, a las 18 en el Salón San Martín de la Legislatura, en la calle Perú 130, Ciudad de Buenos Aires.
Adelaida con sus títeres
En una entrevista realizada en 2006 por Página 12, Adelaida comentaba que: «El alma del títere somos nosotros, los titiriteros, los intérpretes. Uno apunta a componer el personaje y tiene que aprender la técnica de transferir al objeto toda la carga emocional y dinámica.(…) Los títeres me enseñaron el ejercicio de la libertad interpretativa. A través del títere –si uno lo logra– la libertad que se tiene como intérprete es, podríamos decir, ilimitada. En la creación siempre hay un fuerte límite que es el límite de la forma. Las posibilidades que el títere posee –por tratarse de un objeto– son ilimitadas».
¿Quién es Adelaida?
Adelaida nació en Buenos Aires y se especializó en diferentes disciplinas: música, filosofía, arte escénico, danzas, y a partir del año 1969 comenzó su actividad como titiritera.
Trabajó como docente y profesora en el Conservatorio de Música Manuel de Falla y en el Instituto Vocacional de Arte, institución donde luego alcanzó el cargo de directora.
A partir de 1977 se integró al nacimiento del Grupo de Titiriteros del San Martín y, desde hace más de 20 años, creó y dirige el Taller de Titiriteros Ariel Bufano. En el seno de ese espacio es autora y adaptadora de las obras Pierrot Negro; Mariana Pineda; Historia de gatos; Gaspar de la noche; El pájaro azul y El maravilloso viaje de Maese Trujamán y su extraordinaria compañía.
Por esa trayectoria en la compañía, la artista de 75 años madre del cantante Vicentico, recibió el Diploma de Honor de la Fundación Konex en el año 2001 y obtuvo diversos premios en el país, en México y en Uruguay.
Un día le preguntaron a Adelaida por qué eligió comunicarse a través de los títeres, y ella explicó que: «Como en todo, en parte uno decide y, en parte, la vida lo hace a uno. La idea de que uno se elige a sí mismo es una idea muy intelectual pero que no es completamente dialéctica. Uno más bien se hace.»
