Un equipo de científicos taiwaneses identificó un “oncogén” clave en la proliferación de células cancerosas y metástasis.
El notable descubrimiento abre la puerta a diseñar en un futuro nuevos y más efectivos medicamentos contra el cáncer. El gen es el PSPC1 y su descripción aparece en la revista Nature Cell Biology en un artículo publicado por investigadores del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Academia Sinica de Taiwán.
¿Qué es la metástasis y cómo interfiere en el gen?
Cuando existe un proceso metastásico, las células cancerosas se separan del tumor original para viajar a través del sistema linfático hasta otros órganos o tejidos pudiendo formar un nuevo tumor; según este nuevo estudio, PSPC1 provoca que las células tumorales proliferen, hagan metástasis e invadan otros tejidos.
“PSPC1 es un gen regulador clave que controla el deterioro y la diseminación del cáncer”, sostiene el investigador Yuh-Shan Jou, quien añade que en un futuro, si se logra descubrir cómo inhibirlo, será posible reducir el crecimiento y proliferación de las células tumorales y contribuir al desarrollo de nuevos y más efectivos fármacos contra el cáncer.
La metástasis es una de las principales causas de muerte en pacientes con cáncer y, aunque el engranaje que está detrás de la misma sigue siendo esquivo para los investigadores, se sabe, de estudios anteriores, que la activación de una proteína relacionada con las funciones celulares y denominada “factor de crecimiento transformante beta 1” es un mecanismo clave de la metástasis.
Esta proteína (TGF-beta) tiene tanto funciones en las células normales como en las cancerígenas; en estas últimas, actúa de manera opuesta promoviendo la proliferación, invasión y metástasis de las células cancerosas.
La clave: la conexión entre el gen y la proteína
Durante las etapas avanzadas y tardías del cáncer, TGF-beta se puede encontrar en grandes cantidades en los tejidos tumorales. En este trabajo, hecho entre otros con muestras de tumores de pulmón, de mama, hígado y próstata, los científicos describen precisamente la conexión entre esta proteína y el oncogén PSPC1.
En sus análisis, vieron que PSPC1 es un “modulador maestro” para el interruptor que activa la metástasis: este gen está aumentado en los tejidos tumorales y también es responsable de reprogramar la citada proteína TGF-beta en las células tumorales.
Según los investigadores, el mal pronóstico y las bajas tasas de supervivencia en pacientes con cáncer también están altamente correlacionadas con el PSPC1; si se puede suprimir la “sobreexpresión” de este gen, tanto el crecimiento como la proliferación de células cancerosas podrán entonces reducirse.
Para Yuh-Shan Jou tanto el hallazgo del papel principal que desempeña PSPC1 en la reprogramación del mecanismo celular como los cambios encontrados en la función de TGF-beta son “avances novedosos y de vanguardia” en la investigación del cáncer. Los científicos taiwaneses trabajan ahora en convertir sus descubrimientos en un medicamento, pero advierten de que esto puede llevar de 10 a 20 años.