Melody Cañete, Brisa Figueroa y Tamara Flores son tres jóvenes estudiantes de José León Suárez que ganaron un concurso nacional por un invento práctico y económico para las filtraciones y goteras en techos de chapa, un problema recurrente en las viviendas de su zona.
Las alumnas cursan 3°año en la Escuela Secundaria Técnica de la UNSAM. Su profesora de matemática, Karen Mongelos, dictó una clase de nanotecnología, una rama científica relativamente nueva que normalmente no habita las aulas de los colegios.
Los invitó a participar del concurso «Nano x un Día», desarrollado a nivel nacional por la Fundación Argentina de Nanotecnología (FAN) para el que tendrían que desarrollar una solución a un problema específico utilizando nanotecnología.
Melody Cañete, Brisa Figueroa y Tamara Flores fueron las tres jóvenes que más se interesaron y que junto con su profesora, que oficio de tutora, empezaron a investigar sobre qué aplicación podían darle a esta tecnología.
Luego de realizar una encuesta entre sus compañeros, el equipo descubrió que en José León Suárez el 68 por ciento de los estudiantes de su colegio tiene viviendas con techo de chapa, de los cuales un 40 por ciento tiene problemas con goteras y filtraciones cuando llueve. Por eso, se pusieron como meta desarrollar un material que resuelva el problema de los agujeros, que dure en el tiempo, que sea económico y fácil de aplicar.
Actualmente el problema de los agujeros en la chapa se soluciona con membranas impermeabilizantes, por ejemplo, que deben ser aplicadas por especialistas y que, en muchos casos, exceden las posibilidades económicas de las familias que habitan este tipo de construcciones.
El invento
Las jóvenes científicas decidieron entonces tomar un material ya conocido y utilizado: la espuma de poliuretano. «Es una espuma comercial que se usa en diferentes sectores técnicos o industriales, como sellador», explicó Rodrigo Medina. «Pero en el ámbito técnico se conoce que el poliuretano tiende a degradarse con la exposición solar»
Teniendo en cuenta que esta espuma es una buena selladora pero no es resistente, las jóvenes científicas decidieron intervenir un barniz sintético con nanopartículas de dióxido de titanio (TiO2), una sustancia usada por ejemplo en cremas y lociones como filtro UV. «En nuestro proyecto, la espuma se pone del lado de adentro de la chapa y del lado de arriba se pone un barniz sintético con dióxido de titanio para que los rayos UV del sol no deterioren la espuma», explicó Melody, que vive en el barrio Independencia.
«Se aplica por el lado de adentro, en forma de spray, y después de unos minutos se pone dura. Como expuesta al sol se deteriora buscamos la solución del barniz: intervenirlo con nanopartículas de dióxido de titanio, que tiene propiedades autolimpiantes, antibacteriales y anti rayos UV», puntualizó Tamara.
Se plantearon una hipótesis, buscaron bibliografía, leyeron textos complejos, trabajaron en vacaciones de invierno, incluso los fines de semana, pasaron tiempo en el laboratorio y presentaron el proyecto de su invento titulado «Desarrollo de una formulación bloqueadora de rayos UV con partículas de TIO2-Aplicación de espumas de poliuretano en recubrimiento de agujeros», con una justificación científica impecable.
En noviembre de 2016 llegó la noticia de que ganaron el concurso con su invento: el premio fue un viaje a Santa Fe para conocer laboratorios de nanotecnología, y 15 mil pesos para concretar el proyecto.
La idea es que, más allá de los barrios carenciados, lo pueda aplicar cualquier persona en cualquier lado. Según el equipo, dadas las características del producto, la potencialidad que tiene de poder expandirse a diferentes áreas es muy grandes.
Fuente: Infobae. Pilar Safatle