Unos treinta empresarios chinos llegaron a Viedma para observar el lugar donde se podría instalar una central de energía nuclear en Río Negro. En repudio a esto, cientos de vecinos se manifestaron esta noche frente al edificio de residencia de los gobernadores.
La comitiva recorre algunas zonas de la costa atlántica provincial para determinar el posible emplazamiento de la central nuclear. El gobierno rionegrino mantiene un total hermetismo sobre el tema y no ha emitido ningún comunicado oficial sobre la visita.
Este hecho generó malestar entre vecinos autoconvocados y, en una asamblea realizada esta tarde en la catedral de Viedma, decidieron salir a la calle a manifestarse y solicitar informes al Ejecutivo provincial sobre la comitiva y objetivos de la visita y realizar una marcha el próximo 9 de agosto.
El sacerdote Luis García, uno de los principales impulsores de la movilización, dijo que «es un momento de definiciones, de presencias extrañas. No tenemos que bajar la guardia, es hoy, mañana puede ser tarde”, afirmó.
«Aunque los chinos en esta ocasión no son bienvenidos, si lo serían si llegaran con otras clases de propuestas de energía, mucho más limpias y seguras”, aseveró el cura.
Como ejemplo de eso, el sacerdote señaló que en la localidad de Cerro Policía se va a instalar una central eólica, y hay una empresa china detrás de esto, entonces es posible generar energía limpia.
Miles de firmas
A principios de mes, los vecinos autoconvocados de la “Asamblea No Nuclear” de Viedma presentaron en la Legislatura de Río Negro un documento con 5.522 firmas para rechazar la instalación de una planta nuclear generadora de energía eléctrica en cercanías de la localidad de Sierra Grande, acordada por los gobiernos nacional y de Río Negro con una empresa china.
Un desastre nuclear implica la contaminación del terreno durante siglos y la contaminación ambiental es arrastrada por los vientos, contaminando las inmediaciones durante años. Las precipitaciones arrastran hasta el suelo las partículas contaminadas, acumulándolas allí donde va el agua.
Los seres vivos que no sufran una radiación directa la irán absorviendo a lo largo del tiempo, ya sea por las emisiones del ambiente o por ingestión de alimentos, provocando diferentes enfermedades y lesiones que pueden ser transmitidas de generación en generación.
Viedma: más de 5.500 personas rechazan la instalación de una planta nuclear