Antonia Albarracín, Tucumán, salud, operación

A una mujer de Tucumán le restauraron la tráquea con una impresora 3D

En Tucumán, una mujer que sufrió la destrucción total de la tráquea cervical fue sometida a una inédita operación: se la reconstruyeron con una impresora 3D, lo que le permitió volver a tener una vida normal. 

Sucedió en el hospital Centro de Salud de San Miguel de Tucumán. «Lo que hicimos fue crear una tráquea con una impresora 3D con un material biodegradable y la implantamos a nivel del cuello», explicó el jefe del Servicio de Cirugía del hospital, Guillermo Stock, sobre esta cirugía única en el país.

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El procedimiento, según contó el médico al sitio web del Ministerio, consistió en la reconstrucción de la vía aérea dejándola estable, lo que posibilitó que la mujer recuperara funciones que antes de la operación no podía realizar como hablar, comer e incluso respirar con normalidad.

Con respecto al proceso quirúrgico, el traumatólogo José Urpi indicó que se colocó parte de una imagen virtual del órgano a reemplazar, y para eso utilizaron un software especial para hacer el diseño y darle forma con una impresora tridimensional.

Una nueva vida

La paciente Antonia Albarracín, oriunda de Río Chico -localidad del sur de Tucumán ubicada a unos 60 kilómetros de la capital- destacó el trabajo de los médicos y aseguró que la operación significó un cambio trascendental en su vida.

El calvario de Antonia, según contó su madre, Norma Albarracín, comenzó con una peritonitis y cuando los médicos la operaron descubrieron que tenía gangrena intestinal y septicemia, y había tenido un paro respiratorio de diez minutos, aunque lograron salvarla.

«Los médicos decían que quedaría con problemas neurológicos por el tiempo que pasó sin oxígeno el cerebro, pero gracias a Dios se recuperó y nada de lo que pronosticaron sucedió. Sin embargo, como estuvo dos meses en terapia con respirador artificial sufrió un problema de tráquea y como no podían cerrar la fístula traqueal que tenía la derivaron al Hospital Centro de Salud de Tucumán», indicó la madre.

Ella tiene tres hijos varones de 25, 23 y 21 años y antes de la cirugía estaba imposibilitada de llevar una vida normal con ellos, pero ahora «estoy mejor y me gusta ir a ayudar en la cocina y la limpieza de la escuela de la zona.
También voy a gimnasia y me pone feliz poder hacerla como antes de enfermarme», explicó Antonia.

La mujer agradeció al equipo médico encabezado por Stock ya que «llegué sin poder hablar, sin poder comer y en este momento hago actividades normales». 

Fuente y foto: Comunicación Tucumán