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Harán 4 documentales sobre la cárcel de Ushuaia y sus presos más siniestros

La Universidad Nacional de Tierra del Fuego (UNTDF) y el canal Encuentro producirán una serie de cuatro documentales sobre el “Presidio del Fin del Mundo” que funcionó en Ushuaia hasta 1947 y dedicará uno de ellos a la vida de Cayetano Santos Godino, alias “El Petiso Orejudo”, considerado uno de los primeros asesinos seriales del país.

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A raíz de ello, la casa de estudios fueguina acaba de lanzar una convocatoria a actores profesionales o amateurs, que estén dispuestos a personificar al criminal en el film que comenzará a rodarse este mismo año. El actor tendrá que ser de Tierra del Fuego y, fundamentalmente, tiene que tener un parecido físico con el asesino de niños que estuvo recluido en la antigua cárcel de reincidentes.

“La clave es el parecido. Tiene que ser alguien que nos permita llevar adelante las recreaciones que se incluirán en el documental, ya que pensamos en un trabajo de ‘docuficción’, es decir con herramientas para amalgamar los datos duros, propios del relato histórico”, explicó el director de producción audiovisual de la UNTDF, Juan Pablo Lattanzi.

La convocatoria se viralizó de inmediato por las redes sociales y ya hay una gran cantidad de interesados en participar del casting que se llevará a cabo durante el mes de julio.

Los cuatro documentales

Cayetano Santos Godiono, el "Petiso Orejudo"

Cayetano Santos Godiono, el «Petiso Orejudo»

La serie documental comenzará por el “Petiso Orejudo” pero también incluirá un capítulo destinado a Ricardo Rojas, el poeta, dramaturgo, periodista y militante radical confinado en Ushuaia por razones políticas en 1934.

Otro de los documentales estará dedicado a Simón Radowitzky, el dirigente anarquista condenado a reclusión perpetua en el penal de Ushuaia por haber matado al jefe de Policía Ramón Falcón durante un atentado en 1909. Considerado uno de los presos más célebres de la cárcel fueguina, de la que además protagonizó una fuga en 1911, fue finalmente indultado en 1930.

La serie concluirá con un documental dedicado a Roberto Pettinatto, padre del músico y conductor televisivo, quien fue Director Nacional de Institutos Penales y el responsable del cierre del presidio del Fin del Mundo.

“Buscamos contar estas historias con recursos humanos y técnicos propios, y usando elementos documentales, periodísticos y de ficción, como recreaciones, que permitan hacerlos más atractivos para el espectador”, contó el productor de la serie.

Además de los actores principales, habrá otros que harán de guardiacárceles y de personajes secundarios requeridos en cada historia, mientras que alumnos avanzados de la carrera de Comunicación Audiovisual cumplirán distintos roles técnicos.

“Ushuaia era un poco la Siberia Argentina. El lugar donde se buscaba desterrar a la gente y enviar a estos presos indeseables que nadie quería tener. Es interesante como fue cambiando el concepto de criminalidad a lo largo del tiempo”, sostuvo el realizador.

El edificio fue declarado Monumento Histórico Nacional por ley del Congreso de la Nación en abril de 1997 y está siendo recuperado para su visita por la Armada Argentina y el Museo Marítimo de Ushuaia.

Los documentales también retratarán al presidio, hoy convertido en museo, como la piedra fundamental para la construcción de la ciudad. “Ushuaia creció alrededor de la cárcel. Dependían del establecimiento tanto los que estaban adentro como los que estaban afuera. No había muchas diferencias de un lado y del otro de las rejas”, destacó Lattanzi.

La cárcel más austral y peligrosa

El presidio militar que funcionó en la Isla de los Estados, primero en San Juan de Salvamento y luego en Puerto Cook, fue trasladado en 1902 por razones humanitarias a Ushuaia, que para entonces sólo existían 40 casas. El lugar elegido fue Puerto Golondrina, al oeste de la ciudad donde estaban las construcciones provisorias.

A medida que pasó el tiempo a esta cárcel fueron enviados delincuentes autores de graves delitos, muchos de ellos condenados a pena perpetua o de larga duración. El régimen aplicado se basó en el trabajo retribuido, enseñanza escolar de nivel primario y una severa disciplina.

El penal tuvo 30 sectores de trabajo, algunos de ellos quedaban fuera de él. Los talleres instalados atendieron las necesidades de la cárcel y prestaron servicios a toda la ciudad de Ushuaia. Estos fueron la primera imprenta, teléfono, electricidad, bomberos, etcétera.

Fuera de la cárcel los penados fueron utilizados para trabajos como la construcción de calles, puentes, edificios, además de la explotación de los bosques. De ésta forma con los penados se habilitó el tren más austral del mundo en 1910: llegó a tener una extensión de 25 kilómetros y corría al costado de la calle Maipú pasando por el campamento de Monte Susana y dividiéndose en dos ramales hacia lo que hoy es el Parque Nacional.

En 1947, siendo ya el Territorio Nacional una Gobernación Marítima, la Presidencia de la Nación dispuso la clausura de la cárcel.

Las instalaciones fueron transferidas al Ministerio de Marina y en ellas se instaló la Base Naval en 1950.