El Jardín Japonés de la ciudad de Buenos Aires celebrará el próximo domingo sus primeros 50 años con shows de baile y música japonesa. Habrá 100 puestos de regalos, artesanías y gastronomía.
El predio, ubicado en el cruce de las avenidas Casares y Figueroa Alcorta, en el barrio porteño de Palermo, estará abierto desde las 10 y hasta las 18 y será con entrada gratuita.
Los festejos se iniciarán dentro del Jardín Japonés a las 11 con la inauguración del «Torii» -pórtico típico que simboliza la vida eterna- y el descubrimiento de una placa conmemorativa. También habrá una escenario montado sobre la avenida Berro, donde tendrán lugar una serie de shows de música y baile a los largo de toda la tarde.
A las 13.30 habrá un espectáculo de Taiko -tambores típicos de Japón- y a las 13.50 otro de la Banda Militar “Tambor de Tacuarí” del Regimiento de Infantería 1 Patricios. Más tarde, a partir de las 14.05, ambas agrupaciones darán un concierto. Los espectáculos continuarán hasta las 16.20, cuando se hará el cierre de la fiesta con baile a cargo de la Asociación Japonesa Sarmiento.
El Complejo Cultural y Ambiental Jardín Japonés tiene una superficie de 3 hectáreas y fue creado en 1967 para recibir a los actuales emperadores de Japón Akihito y Michiko, por entonces príncipes herederos, que visitaban por primera vez la Argentina.
En aquel momento la Colectividad Japonesa le pidió permiso a la municipalidad de Buenos Aires para construir un jardín típico de Japón, a lo que el gobierno porteño contestó con la sesión del espacio que por entonces tenía la Plaza Japón, donde estaba el Faro Tourou, escultura donada por el gobierno japonés para los festejos de los 150 años de la revolución de Mayo.
Dentro del espacio hay un lago con peces de Japón, una cascada, dos puentes y la primera Campana de la Paz Mundial, hecha con medallas y monedas donadas por otros países, que estuvo emplazada en el edificio de las Naciones Unidas desde 1954 y que fue recibida por el Jardín en 1995.
También hay un restaurante de cocina tradicional japonesa, una casa de artesanos para llevar el mejor recuerdo y un vivero con especies autóctonas y típicas japonesas como bonsai, kokedama, sakura y azaleas.
Desde 1989 que la Fundación Cultural Argentino Japonesa administra el espacio bajo los objetivos de «mantener este patrimonio histórico, cuidar el medio ambiente y difundir la cultura japonesa de excelencia», según indicaron desde la organización.