El argentino Javier Ureta, fundador de la organización Cascos Verdes y ex secretario de Control y Monitoreo Ambiental de la Nación, fue reconocido ayer por la ONU como uno de los 20 pioneros de distintas partes del mundo que trabajan por la descontaminación ambiental con una mirada de género.
La premiación se realizó en Ginebra, Suiza, y estuvo a cargo del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), que distinguió a 10 hombres y 10 mujeres como «Pioneros de la igualdad de género por un futuro sin tóxicos».
«Es un honor recibir esta distinción porque no valora un trabajo puntual, sino que tiene en cuenta toda la trayectoria personal,», expresó Javier Ureta, quien viajó a Ginebra.
En 2007 Javier Ureta tenía 24 años y fundó «Cascos Verdes», una organización sin fines de lucro que trabaja por la inclusión social de personas con discapacidad intelectual a través de la educación ambiental y la inserción laboral.
Licenciado en Ciencias Ambientales, también trabajó varios años en el Gobierno de la Ciudad en áreas vinculadas a las políticas de reciclado y de control ambiental.
A comienzos de 2016 asumió al frente de la secretaría de Control y Monitoreo Ambiental de la Nación, donde trabajó en la transparencia de la fiscalización ambiental y el rediseño de los requerimientos del Seguro Ambiental Obligatorio. También impulsó la reforma normativa de la Ley de Residuos Peligrosos e incorporó a la Argentina en la Red de Fiscalización y Cumplimiento Ambiental de América del sur.
“Es fundamental que todos incorporemos una mirada de inclusión de género en lo que hacemos; en este caso, en la prevención de la contaminación, pero es útil en todos los órdenes de nuestra vida. La inclusión nos enriquece a todos, potencia nuestro trabajo y mejora los resultados», dijo Javier Ureta , que hoy trabaja en la Comisión Nacional Asesora para la Integración de las Personas con Discapacidad (Conadis) y el Plan Nacional de Discapacidad.
Cascos Verdes
Es una organización sin fines de lucro que trabaja por la inclusión social de personas con discapacidad intelectual a través de la educación ambiental y la inserción laboral. Este objetivo se logra a partir de un programa integral de cuatro años de duración que se dicta en el ámbito universitario.
En el transcurso de este programa, las personas con discapacidad intelectual tienen la oportunidad de estudiar Educación Ambiental en universidades de primer nivel, para luego desempeñarse como Educadores Ambientales. Durante los últimos dos años del programa, el plan de estudios se complementa con prácticas profesionales a través de las cuales los estudiantes trabajan difundiendo el mensaje de cuidado ambiental en diferentes ámbitos de la sociedad civil, tales como escuelas (públicas y privadas), empresas, otras organizaciones de la sociedad civil, universidades, espacios públicos y eventos, entre otros.
Actualmente el programa de Educación Ambiental se dicta en 6 universidades en Buenos Aires y en la Provincia de Salta. La Universidad Católica Argentina fue la primera en sumarse al ́proyecto en 2007, mientras que en 2009 se incorporó la Universidad de San Andrés y en 2011 la Universidad Austral y la Universidad Torcuato Di Tella. En 2015 la propuesta llegó a Salta, a través acuerdos con la Universidad Católica de Salta y la Universidad Provincial de la Administración Pública.
Fuente: Télam
Foto: www.dondereciclo.org.ar