La mala elección del calzado, como los zapatos con tacos altos o las sandalias de plataformas rígidas, son los culpables de diversos padecimientos y deformaciones de los pies, así como de los dolores de espalda y cintura.
Según expertos en el tema, es importante usar durante la mayor parte del día un calzado que sea cómodo, fundamentalmente de suela acolchonada, y evitar caminar con zapatos de taco pronunciado.
«Cuanto más alto y agudo sea el zapato en su sector anterior, o más rígidas y altas sean las plataformas de apoyo, estará más comprometido el normal movimiento del pie, algo totalmente perjudicial para la salud», expresó el doctor Carlos Manuel Vilariño, médico especialista en traumatología y ortopedia.
Para entender la importancia a la hora de evaluar el tipo de zapato más conveniente, Vilariño explicó cómo influye el peso del cuerpo sobre los pies: «El peso se reparte de manera uniforme entre ambas piernas en posición erguida, pero al caminar, se descarga en el pie de apoyo. Una persona de 60 kilos, por ejemplo, distribuye 50 kilos en el talón y 10 kilos en el antepié cuando camina», graficó el docente de la Universidad de Buenos Aires.
Sin embargo, si se eleva el taco dos centímetros, los 60 kilos se distribuirán en partes iguales entre talón y antepié: 30 kilos y 30 kilos. «Esto se amplifica aún más con los tacos pronunciados. En estos casos el peso se aglutina casi todo en la parte anterior del pie, un sector que no está preparado para ello, lo que puede provocar alteraciones funcionales, dolores y deformaciones progresivas en los dedos», explicó Vilariño.
En cuanto a los dolores de espalda, suelen estar relacionados, además de un mal calzado, con actividades laborales en condiciones o con posturas no favorables. Según el experto, este tipo de dolores son muy comunes en personas de menor edad: «El 80 por ciento de la población presenta algún episodio de lumbalgia en la etapa laboralmente más productiva de su vida, pero en el 90 por ciento de los casos la recuperación y desaparición del dolor se da en el corto plazo».
Uno los síntomas más frecuentes es la fibromiositis, un trastorno no inflamatorio que se manifiesta por dolor localizado y rigidez, fácilmente identificable como áreas duras del músculo que al presionar desencadenan el dolor.
Respecto del tratamiento, el especialista explicó que varían según la intensidad de los síntomas, pero que suele combinarse una medicación antiinflamatoria y miorrelajante con terapias físicas, como la masoterapia y la terapia radiante.
Recomendaciones para evitar estos malestares:
- Adoptar una correcta postura corporal durante la actividad diaria, cambiar cada tanto la posición del cuello y realizar pequeños movimientos de flexo extensión del cuello y rotación de los hombros varias veces al día.
- En el caso de los que trabajan en oficinas, también puede ser útil no estar mucho tiempo parado ni sentado; usar el apoyabrazos al sentarse; agacharse y levantarse flexionando las rodillas; y, si es indispensable estar parado un cierto tiempo, apoyar el pie sobre un banquillo flexionando la rodilla y la cadera.
- Por último, las actividades físicas como la natación, el yoga y los ejercicios de elongación, acompañados de una buena dieta rica en frutas y verduras que ayuden a mantenerse dentro del peso, o incluso un poco por debajo del que corresponda a la altura y edad, son, para el médico, «muy buenos para disminuir la aparición de lumbalgias».