Rosario Liberia Vargas, Amaicha del Valle, Pachamama

Conocé a Rosario, la nueva Pachamama elegida en Amaicha del Valle

Rosario Liberia Vargas es una coplera de 85 años, sonriente y enérgica, que fue elegida por el Consejo de Ancianos como la nueva representante de la Pachamama en la cuarta jornada de la  Fiesta Nacional de la Pachamama, que finaliza el 28 de febrero y donde unas 30.000 personas de la comunidad originaria de Amaicha del Valle, a 160 kilómetros al noroeste de la capital tucumana, se reunieron para celebrar este tradicional evento. 

Además de ser coplera desde niña, Doña Rosario se dedicó toda su vida a la artesanía y a la elaboración de productos regionales. Tras el anuncio oficial, la nueva Pachamama se presentó ante la multitud acompañada por el Pujllay (espíritu alegre del Carnaval que fue despertado en el jueves de comadres), el Yastay (dios que cuida a los animales) y la Ñusta (joven que simboliza la fertilidad).

«Tengo que hacer algo por mi comunidad y ayudar en lo que el cacique o el Consejo de Ancianos me pidan», señaló la mujer.

Rosario pidió a las autoridades provinciales presentes en la celebración que «nos ayuden para que los chicos que están estudiando tengan trabajo y no necesiten marcharse lejos de sus familias». 

Rosario Liberia Vargas, la nueva Pachamama.

Rosario Liberia Vargas, la nueva Pachamama.

Eduardo Nieva, cacique y delegado comunal de Amaicha, le pidió a doña Rosario que ponga la fuerza espiritual que necesita su gestión y afirmó que «queremos ser un municipio autónomo indígena y trabajaremos para eso. Si logramos nuestro objetivo estaríamos consiguiendo una reparación histórica para la comunidad».

Rosario es oriunda de Los Corpitos y habitante de Los Zazos. Tiene dos hijos: un varón y una mujer; 16 nietos y ocho bisnietos.

 

Al grito de “Pachamama, kusiya, kusiya”, Doña Rosario fue recibida en el predio cubierto de barro a causa de la lluvia del sábado. Todas las gargantas proclamaron el pedido de ayuda a la Madre Tierra, que subió al escenario para encontrarse con su antecesora, Catalina Cruz. Ambas dieron su bendición y arrancaron fervorosos aplausos. Luego todos se pusieron de pie para escuchar el Himno Nacional que dos jóvenes entonaron en quichua.

Depués se sucedieron las ofrendas a la Madre Tierra: algarroba, coca, chañar, tuna, racimos de uvas, vino de la bodega comunitaria, albaca y agua. Los agradecimientos y ruegos de protección de los que pasaron al frente se escucharon a lo largo de media hora.

Fuente: Télam

Foto: monterizos.com.ar