Un equipo de ingenieros de la Universidad de Colorado, en Estados Unidos, diseñaron un nuevo material que sirve para refrescar los ambiente de una casa o edificio, incluso bajo la luz solar directa, sin consumo de energía. Se trata de una película un poco más gruesa que el papel aluminio, que refleja de vuelta al espacio los rayos solares y permite que la superficie se libere de su propio calor.
El material fabricado refleja al mismo tiempo la radiación solar entrante en la atmósfera y utiliza tecnología de infrarrojos para deshacerse de su propio calor. Este proceso natural, conocido como enfriamiento radiactivo pasivo, es lo que permite a los objetos descartan su calor sin necesidad de utilizar energía. Hasta ahora, el problema era que sus efectos en su mayoría eran anulados por la luz solar directa. El gran avance es haber encontrado una manera de hacer que este material de refrigeración pasiva sea también reflexiva.
El diseño:
El nuevo material está formado por microesferas de vidrio incrustadas en un material resinoso. Las pequeñas esferas son capaces de dispersar la luz y transformar en energía radiante, que puede pasar a través del material fácilmente. Esto crea un efecto de enfriamiento instantáneo, exactamente lo contrario de un efecto invernadero, que absorbe el calor y lo atrapa en su interior.
Está recubierto con una pintura de plata, al igual que un espejo, por lo que puede reflejar la luz del sol durante el día.
Los investigadores probaron el material y fue exitoso: brinda un promedio de 110 vatios por metro cuadrado durante 72 horas seguidas.
«Sólo con entre 10 y 20 metros cuadrados de este material en el techo se podría refrescar bien una casa familiar en verano», afirmó Gang Tan, un profesor asociado del Departamento de Ingeniería Civil y Arquitectura de Wyoming.
Según los autores, el material es relativamente fácil de producir en masa y podría también ser usada para ayudar a enfriar las plantas energéticas y mejorar la eficiencia y duración de los paneles solares: al recibir la luz del sol de forma directa, los paneles pueden sobrecalentarse, dificultando su capacidad de convertir los rayos en electricidad.
«Con sólo aplicar este material en la superficie de un panel solar podemos enfriarlo y recuperar un 1 o 2 por ciento adicional de eficiencia solar», comentó Xiaobo Yin, codirector de la investigación, y agregó que «esto hace una gran diferencia en escala».
Fuente y foto: Inverse.com
