«Habrá tomates con gusto a tomates», promete el grupo de productores hortícolas de La Plata que desde 2005 celebran la Fiesta del Tomate Platense: se podrá comprar y habrá patio de comidas, productos regionales y feria de artesanías, con entrada libre y gratuita.
El tomate platense, revalorizado por este proyecto, representa una alternativa saludable: los productores generan su propia semilla, trabajan con agricultura de bajo impacto y bajo un modelo de agricultura familiar que genera un mayor compromiso con el cuidado de los campos.
El grupo de productores platense representa autonomía y una conexión natural con valores ambientales cuyo principal símbolo es el delicioso sabor del tomate.
Algo de historia
Nativo de la región andina de Sudamérica, el tomate fue domesticado por los aztecas, pero popularizado alrededor del mundo por los conquistadores europeos. En Argentina fue reinsertado por los españoles, italianos y portugueses de las olas migratorias de las décadas de 1920, 1930 y 1940, que se dedicaron a trabajar la tierra formando polos hortícolas en todo el país.
Uno de los más importantes que se formó es el conocido hoy como cinturón hortícola de La Plata, gran abastecedor de las verduras que se consumen en la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano. Allí, el tomate fue una de las hortalizas estrella y los quinteros trabajaron en mejorar naturalmente una variedad que se hizo famosa en todo el país: el tomate platense (también llamado ‘raya verde’, ‘raya negra’ y ‘colorado grande’).
Para los productores, poseía algunas características fundamentales: era un cultivo rústico, adaptado a la zona y tolerante a la ‘peste negra’ (que había llegado a causar importantes mermas en la producción hortícola). Además, presentaba la oportunidad de obtener semillas año tras año y realizar una selección propia, mejorando el cultivo generación tras generación.
A fines de la década de 1980, el Platense (que era el más difundido hasta la fecha) comenzó a ser desplazado por un tomate híbrido que se siguió ‘mejorando’ hasta llegar a las variedades ‘larga vida genético’ y, actualmente, al ‘larga vida estructural’. El ‘mejoramiento’ se enfocó en alargar la vida del fruto post-cosecha y lograr mayor firmeza: esto era necesario a medida que el consumo de tomate crecía y los puntos de producción estaban cada vez más alejados de la ciudad.
Hoy en Argentina el tomate es el segundo cultivo hortícola más importante después de la papa (con una producción anual cercana a las 750 mil toneladas y un consumo promedio de 37 kilos por persona por año) y llega tanto de los cinturones hortícolas de La Plata y Mar del Plata como de provincias como Corrientes, Entre Ríos, Jujuy, Mendoza, Río Negro, Salta, San Juan y Santa Fe.
¿Cómo es el tomate platense?
Este cultivo se caracterizó por tener gran adaptación a las condiciones ecológicas de la zona, un sabor intenso, una forma irregular achatada, acostillada o fuertemente lobulada, y una gran cantidad de lóculos. Por esta forma, tiene abundante semilla y jugo.
Fiesta del Tomate Platense:
¿Cuándo? sábado 11 febrero, de 10 a 20.
¿Dónde? Estación Experimental Julio Hirschhorn, Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales, Universidad Nacional de La Plata. Dirección: 66 y 167, Los Hornos, La Plata
Organizan: Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales, Universidad Nacional de La Plata – UNLP-
Grupo de Productores de Tomate Platense
Municipalidad de La Plata
Secretaría de Agricultura Familiar, Ministerio de Agroindustria
INTA EEA AMBA, IPAF Región Pampeana