Museo, cultura, Recoleta

¿Conocés el Museo de los mundos imaginarios?

La imaginación y la creatividad estarán de fiesta desde el 14 de diciembre, y hasta el 24 de abril, porque en el Centro Cultural Recoleta comienza la muestra «El museo de los mundos imaginarios», dirigida por Rodrigo Alonso, donde se reúnen 30 artistas visuales clásicos y contemporáneos de Argentina.

El museo de los mundos imaginarios explora los universos creados por la fantasía de un grupo de artistas argentinos que trabajan en diferentes medios y formatos. El título está inspirado en El libro de los seres imaginarios de Jorge Luis Borges y, como éste, aborda la fábula y la invención como instrumentos creativos que promueven el enigma, la maravilla y la ilusión.

La muestra comienza con la imaginación de Xul Solar en la Sala J. Astrólogo, místico y esotérico, Xul erigió arquitecturas maravillosas, creó juegos y lenguas y vislumbró escenarios de unión para todas las naciones, las religiones y los hombres del planeta. Su obra introduce el tema de los universos mágicos y espirituales, que se continúa en los trabajos de Tadeo Muleiro, Anabel Vanoni, Tatiana Parcero y Leónidas Gambartes, amante de las milenarias figuras del norte argentino.

La Sala Cronopios estará poblada por situaciones expectantes y extrañas transformaciones. RES adopta la forma de un cactus en un proceso de transmigración de potentes connotaciones espirituales y místicas, mientras que el tigre que acecha a un delgado joven en la obra de Ananké Asseff provoca sensaciones ominosas, como lo hacen también las criaturas que surgen de la imaginación de Fermín Eguía.

En la instalación de Marcela Cabutti, un animal observa con añoranza casi humana a un barco de papel que se aleja, mientras que los personajes de Marcos López y Susan Consorte traen a la vida al fabuloso híbrido humano-animal (la sirena), que conforma también el horizonte imaginario de la instalación de Eduardo Basualdo.

Marcela Cabutti ¡Mira cuántos barcos navegan aún!, 2008. Ph Alejandro Tosso

En contraposición a la inmensidad de esta pieza, Silvia Rivas nos invita a disfrutar de su pequeño paraíso en samblado y la obra de Amadeo Azar atesora el recuerdo de un parque de su Mar del Plata natal que supo ser un paraíso infantil y hoy vive en el recuerdo.

Liliana Porter transmuta juguetes y souvenires en protagonistas de situaciones, entre asombrosas y adorables, en sus objetos, instalaciones y videos. Eugenia Calvo extrae magia de los espacios domésticos manipulando los muebles de su propia casa y Javier Bilatz invita al juego y la participación en su obra interactiva.

Los universos acuosos, luminosos y mágicos de Gyula Kosice nos dan la bienvenida a la Sala C. Una animación de su Ciudad hidroespacial pone de manifiesto la altura de su pensamiento proyectivo y su capacidad para imaginar un futuro diferente.

El colectivo Proyecto Biopus se inspira en los invertebrados que devoran los huesos de las ballenas muertas depositadas en las profundidades de los océanos para dar vida a su instalación interactiva, en la cual el público es invitado a favorecer la migración de pequeños organismos luminosos a través de prótesis suaves y polimorfas.

Finalmente, atravesando la exposición, el simpático personaje de Alejandro Gabriel, Pilki Pilki, une en su peregrinar a todos los seres, espacios, paisajes y situaciones de este Museo de los mundos imaginarios, como si fueran los episodios de un sueño. Un sueño que es al mismo tiempo una travesía y el devenir de una fábula.

¿Cuándo? del 14 de diciembre al 24 de abril

¿Dónde? Centro Cultural Recoleta: Junin 1930, Ciudad Autónoma de Buenos Aires