El yoga, una de las más antiguas prácticas saludables de la India, fue declarado en diciembre de 2016 Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Significa unión y es una disciplina física y mental.
La palabra se asocia con prácticas de meditación en el hinduismo, el budismo y el jainismo. Según sus practicantes, otorga como resultado: la unión del alma individual con la divinidad, la percepción de que el yo es espiritual y no material, entre los que tienen una postura espiritualista, el bienestar físico y mental, entre los que tienen una postura racionalista.
«Es una práctica que mejora la calidad de las energías vitales mediante la respiración profunda y acrecienta su circulación en las áreas glandulares», afirmó Indra Devi, fallecida en 2002, quien fue la más importante impulsora de la disciplina en Occidente. Indra fundó una escuela de yoga en China y difundió la disciplina en Brasil, Uruguay, Paraguay, Chile, México, España y Alemania. En Argentina, se radicó y vivió para impulsar la práctica hasta su muerte, a 17 días de cumplir los 103 años, el 25 de abril de 2002.
Características de esta disciplina
En el yoga, el «prana» -la energía que se obtiene con la inhalación del oxígeno- es primordial y durante la práctica llamada pranayama, el yogui dirige el flujo del prana hacia abajo, hacia el plexo pélvico, donde se mezcla con el apana, el aire que se encuentra en el intestino inferior.
Cuando el flujo del prana y del apana se juntan, el canal central de la columna vertebral, en la parte superior de la cabeza, se alcanza el samadhi, la iluminación, lo que es la meta de toda práctica yóguica.
La noticia de que fue declarada Patrimonio de la Humanidad fue celebrado por la Federación Argentina de Yoga, cuya presidenta -Eugenia Salas- impulsa la decisión de llevarla a las escuelas de todo el país.
«Por el momento, se ha avanzado en la firma de convenios con los Ministerios de Educación de la Ciudad de Buenos Aires y de cuatro provincias: San Juan, Mendoza, Chubut, y Santa Fe», explicó Miriam Bieladinovich, secretaria general de la institución.
«Unas 85.000 personas toman clase en algunas de las asociaciones que la federación tiene en todo el país», precisó la secretaria de la federación, quien auguró un futuro con yoga como parte de la currícula escolar.