La Administración de Parques Nacionales (APN) aprobó el plan estratégico para la conservación del yaguareté en las Yungas argentinas, el que se suma a otros regionales de la Selva Paranaense y el Chaco que también buscan preservar a este felino declarado Monumento Natural Nacional en 2001, máxima categoría de protección para una especie en peligro de extinción: quedan solamente 250 ejemplares en el país.
Las Yungas, también conocidas como Selva Tucumano-Oranense, o nuboselva, se encuentra en las provincias de Salta, Jujuy, Tucumán y Catamarca, integrándose por lo general a las Sierras Subandinas.
Las estrategias de protección del yaguareté surgen de los pocos ejemplares que quedan en el país, por lo que se diseñaron acciones en los tres biomas del norte argentino en los que aún habita este felino: la Selva Paranaense, las Yungas y el Chaco.
A largo plazo el proyecto apunta a incrementar el tamaño de la población silvestre de yaguaretés y asegurar su conservación para las futuras generaciones. En tanto, para el mediano plazo se proponen evaluar los cambios en la cantidad de ejemplares de la especie; mantener la cobertura boscosa en sus áreas de distribución actual; reducir los niveles de cacería del yaguareté y sus presas naturales e implementar prácticas ganaderas alternativas para disminuir el conflicto por depredación de grandes felinos.
También buscarán instrumentar medidas efectivas para evitar la muerte de mamíferos medianos y grandes en los canales de riego de empresas productivas en las áreas de distribución actual del yaguareté y sus principales presas.
A lo largo del país se lo denomina de muchas formas: overo, pintado, tigre, uturunco, tiog, kiyoc, nahuel. Su nombre más difundido, yaguareté, significa en guaraní “verdadera fiera”.
Este plan se suma a otro elaborado previamente para la conservación del yaguareté en la Selva Paranaense y al que se prepara actualmente para la región chaqueña.
Algo sobre el yaguareté
El yaguareté es el mayor félido del continente y el tercero del mundo. Estupendo nadador, caminante incansable y poderoso cazador, puede recorrer enormes distancias en una sola jornada, y ni siquiera los caudalosos ríos Iguazú, Paraná o Bermejo pueden cortarle el paso.
Su capacidad de adaptación le permite vivir tanto en la selva más espesa como en sabanas abiertas, zonas anegadas y hasta desérticas. Si bien prefiere las grandes presas como pecaríes, jóvenes tapires, corzuelas y pacas, también devora lagartos, caimanes y serpientes, pequeños roedores y hasta aves menores, pesca en ríos y arroyos y, en ocasiones, come algún fruto.
En nuestro país se lo considera en peligro crítico, ya que enfrenta un riesgo extremadamente alto de extinción en estado silvestre en un futuro inmediato. Se estima que aquí su población actual es de alrededor de 250 individuos adultos.
Las principales causas de su peligro de extinción son:
• Caza furtiva: a pesar de la prohibición, es la principal amenaza que enfrenta el yaguareté en la Argentina actualmente.
• Destrucción y degradación de ambientes: ya sea para extender la frontera agropecuaria, o la deforestación realizada con otros fines, va reduciendo la superficie de los bosques y selvas que habita. Por ser un carnívoro de gran tamaño, requiere de grandes extensiones de hábitat en buen estado para sobrevivir, o bien, territorios menores pero conectados entre sí a través de corredores.
• Escasez de presas naturales: el hombre caza los mismos animales que el yaguareté, afectando directamente sus posibilidades de alimentarse y obligándolo a buscar presas alternativas como el ganado doméstico.