A cuarenta kilómetros del Obelisco porteño, en el Delta del Paraná, peligra una rareza biológica y el ícono de una de las regiones naturales más peculiares de la Argentina: el ciervo de los pantanos es el mayor cérvido nativo de Sudamérica y uno de los tres ciervos anfibios del planeta. A raíz de las fuertes inundaciones en el Delta del Paraná, corre peligro la especie y está cada vez más cerca de la extinción.
Según estudios de la Organización «Proyecto Pantano» -quienes trabajan para conservar al
ciervo isleño- numerosos ejemplares han muerto ahogados o por falta de alimento. Y los sobrevivientes debieron buscar refugio en las zonas más elevadas, incluyendo sectores periurbanos y barrios náuticos, donde resultan presa fácil para los cazadores pese a la protección legal de que goza la especie: fue declarada Monumento Natural por Buenos Aires y Entre Ríos.
Este ciervo es el cérvido más grande de América. Supera los 100 kilos y alcanza en la cruz una altura de 1,20 metros, a lo que cabe añadir en los machos hasta 60 centímetros y pico de astas.
“El ciervo de los pantanos podría ser la primera especie extinta del siglo XXI en ambas provincias si sus autoridades de fiscalización o las del Estado Nacional no intervienen de manera inmediata», alertó Javier Pereira, director del Proyecto Pantano. «De poco sirve que el Consejo Federal de Medio Ambiente haya declarado la situación de emergencia poblacional para el ciervo de los pantanos en el Bajo Delta sin una protección efectiva de la especie en el campo», agregó.
El ciervo de los pantanos fue declarado Monumento Natural en las provincias de Chaco, Corrientes y Buenos Aires.
Según indica Proyecto Pantano: «urge que los máximos responsables de su conservación hagan lo que les corresponde. La extinción, no olvidemos, es para siempre”.
Para más información: Dr. Javier Pereira, director del Proyecto Pantano. Email javipereira@yahoo.com
Fotos gentileza de Pablo Rodríguez y Roberto Cinti.