El 18 de mayo de 2011 el vuelo 5428 de Sol Líneas Aéreas cayó a tierra en inmediaciones de Los Menucos, Río Negro. A cinco años de la tragedia que aún no encontró justicia, familiares y amigos de las veintidós víctimas realizaron hoy una misa en el lugar del hecho. Por el recuerdo y por el dolor que no deja de sentirse como la peor pesadilla.
La aeronave se estrelló en el paraje de Prahuaniyeu, cerca de la localidad de Los Menucos, al sur de la provincia de Río Negro. Del avión y sus 22 ocupantes, no quedó nada: 18 adultos, 1 niño y 3 tripulantes fallecieron al instante. Los familiares y amigos mantienen intacto el dolor por la pérdida de sus seres queridos, por la negligencia y por una investigación dudosa que no dejar cerrar una herida que hoy cumple 5 años.
El vuelo 5428 de Sol Líneas Aéreas realizaba el último trayecto del recorrido que incluía las ciudades argentinas de Córdoba, Mendoza, Neuquén y Comodoro Rivadavia. Es el cuarto accidente fatal en la historia de los aviones Saab 340, y el primero en cantidad de víctimas.
El avión era un SAAB 340 matrícula LV-CEJ que sufrió un engelamiento -formación de hielo- en su estructura. La Junta de Investigación de Accidentes de Aviación Civil publicó en 2015 el Informe final del expediente 9611, en el cual señala entre las causas que la pérdida de control de la aeronave e impacto no controlado contra el terreno, se produjo por «formación severa de hielo, debido a la combinación de diversos factores». Expresa además algunas «condiciones potencialmente peligrosas, no causales del presente suceso, relacionadas con el contexto organizacional y operacional de la empresa, como:
- Especificaciones de operación del explotador desactualizadas
- Cumplimiento parcializado de lo establecido en la RAAC 121.133 referente a mantener actualizados los Manuales de Operación del Explotador.
- Programación de las tripulaciones realizadas por una gerencia ajena a la gerencia de operaciones.
- Manuales de la aeronave no actualizados – Programas de instrucción no adecuadas a lo especificado por el fabricante respecto a la recuperación de pérdidas de sustentación.
- Cumplimiento parcializado de lo establecido en la RAAC 121.407 – Apéndice G, respecto con la instrucción por parte del explotador.
- Incumplimiento de dos Directivas de Aeronavegabilidad vinculadas al mantenimiento de las hélices. Y relacionadas con el «Contexto sistémico»
- Falta de cobertura de comunicaciones en VHF sobre la ruta en que se encontraba operando la aeronave.
- Servicio de meteorología no presente durante todas las horas de operación de la empresa, en las escalas.
Juan Adalberto Raffo y Adriano Bolatti eran el piloto y el copiloto del vuelo respectivamente. La auxiliar de cabina era Jessica Fontán, de 25 años, oriunda de Rosario. Era además la delegada gremial que representaba a sus compañeros en el gremio de aeronavegantes y ya había realizado varios reclamos por anomalías que detectó en el normal funcionamiento de la compañía.
Los familiares de las víctimas aún no encontraron justicia y aseguran que el largo y doloroso proceso abierto desde entonces “es como una especie de muertes sucesivas a las que nos someten los estrados judiciales, las pericias e informes, la falta de asistencia psicológica del Estado, la falta de apoyo”.